Los restos fueron descubiertos en una cámara ovalada en
Pachacamac.
Una escena horripilante aguardaba a los arqueólogos que
irrumpieron en una tumba de mil años de antigüedad en Perú: un anillo de bebés
sepultados que pudieron haber sido asesinados en sacrificios rituales.
En
total, 80 cadáveres fueron descubiertos en una cámara ovalada en Pachacamac, a unos 20 kilómetros al sur de Lima, la capital peruana.
Dentro
había una docena de bebés recién nacidos, cada uno enterrado en torno al perímetro con
la cabeza apuntando hacia la tumba.
Junto a estos restos había otros 70 esqueletos y momias, todos
en posición fetal. Algunos eran de hombres y otros de mujeres, todos de
distintas edades. También se descubrieron recipientes de cerámica, perros,
cobayas y máscaras de madera pintada.
"Tenemos en este momento
dos hipótesis: sacrificios humanos o acumulación de bebés muertos por causas
naturales, mantenidos hasta su eliminación en la tumba debido a su carácter
especial", afirma el arqueólogo Peter Eeckhout de la Université libre de
Bruxelle.
El especialista reveló que varias personas sufrieron heridas
mortales, algún trauma físico o enfermedad grave: "Un joven fue
asesinado por un golpe en el cráneo", apunta.
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