Hay algo que ya diferencia a la minicorrida cambiaria
actual de la que sucedió, por iguales razones, a fines del año pasado: el
retiro de depósitos en dólares de los bancos no muestra esta vez altibajos y se
mantiene siempre con la misma firmeza, por encima de los u$s100 millones
diarios en las últimas dos semanas.
La desconfianza se agravó ahora, según
dicen, por el plan que hicieron explícito algunos funcionarios del Gobierno de pesificar
todas las actividades de la economía.
"En
noviembre esto no era así: teníamos días en los que la fuga crecía mucho y
otros en los que se frenaba. Pero ahora se mantiene constante", comentó a El Cronista
un banquero.
Mucho
más que el comportamiento de estos argentinos nerviosos, a los ejecutivos del
sector bancario los está preocupando la impasiva mirada del Banco Central, consigna
el matutino.
No creen, concretamente, que Mercedes Marcó del Pont tome alguna
medida eficiente para asistirlos ante el drenaje, a pesar de que hoy complica
enormemente a la entidad en la acumulación de reservas.
El Central compró en mayo más de
u$s1.200 millones en el mercado cambiario.
Pero sintió a pesar de esto una caída de u$s800 millones, que dejó ayer su
stock de reservas en el filo de los u$s47.000 millones. Con esto, a lo largo de
este año el organismo demostró que sólo pudo retener un 10% de las divisas que compró en un mercado cambiario en
el que pudo operar prácticamente en soledad, interponiendo muchas veces fuertes
trabas a la demanda de los bancos (con llamados y presiones a las mesas de
dinero, el organismo logró comprar en estos cinco meses u$s6.200 millones, pero
sus reservas sólo subieron u$s624 millones).
En
este tiempo el Central canceló pagos a organismos
internacionales (unos
u$s2.500 millones en el año) por deudas que contrajo en noviembre pasado para maquillar
los efectos de la corrida, señala el matutino.
"Hoy
los bancos deben pedir al Central cada uno
de estos dólares que los ahorristas deciden retirar de sus ventanillas porque la última
reforma a la carta orgánica dispuso que los mantuvieran en el organismo en
forma de encaje (quedan hoy u$s6.000 millones). La respuesta del Gobierno viene
siendo torpe. La improvisación agrava la incertidumbre y retraen el
funcionamiento de la economía", escribió ayer Jorge Todesca, de la
consultora Finsoport.
Los
bancos ya perdieron casi u$s4.000 millones de sus cajas de ahorro y plazo fijos en moneda extranjera desde la primera
intromisión de la AFIP.
Y
unos u$s1.200 millones en los últimos 20 días. Y frente a esto
debieron recortar fuertemente la colocación de sus préstamos en dólares a
empresas para sustituirla, en el mejor de los casos, por nuevas líneas en
pesos. Fue el instinto de supervivencia que en estos meses tuvo a mano el
sector. O el acatamiento a la sugerencia que hizo pública en estos días el ex
jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, de pensar en pesos, concluye El Cronista
este jueves.
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