La OIEA encuentra trazas de combustible enriquecido de
hasta el 27 %
Los científicos consideran que
un nivel de enriquecimiento en torno al 20% es ya "uranio altamente
enriquecido" y a esos niveles es mucho más fácil alcanzar el límite del
90%, requisito indispensable para poder fabricar la bomba atómica.
Irán sigue aumentando su
producción de uranio enriquecido y ha alcanzado niveles de pureza superiores a
los declarados hasta ahora, informó hoy el Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA) en Viena.
En la planta atómica subterránea de Fordo, al sur de Teherán, se han registrado trazas de uranio enriquecido hasta el 27 %, lo que supera el umbral del 19,75 % indicado por Teherán como su nivel máximo, señala un informe confidencial de la agencia nuclear de la ONU al que tuvo acceso la agencia EFE en la capital austríaca.
¿Camino directo a las armas nucleares?
Con una pureza del 20 % la ciencia habla de "uranio poco enriquecido", mientras que a partir de ese valor se habla de "uranio altamente enriquecido".
Lo que preocupa a Occidente es que resulta más difícil llegar al 20 % de enriquecimiento desde cero que avanzar desde el 20 % hasta el 90 %, el nivel necesario para fabricar bombas atómicas.
Irán asegura a los inspectores del OIEA que este exceso se debe a "razones técnicas fuera del alcance del control operativo", según informe.
Este enriquecimiento se ha producido en una planta ubicada en una montaña cerca de la ciudad santa de Qom, por lo que está fuera del alcance de cualquier intervención militar desde el aire.
EE. UU., con la mosca en la oreja
Estados Unidos, que al igual que Israel acusa a Teherán de intentar fabricar atómicas (algo que Irán rechaza), ha exigido que la OIEA investigue el caso del enriquecimiento de uranio a nives más altos de lo permitido.
Sin embargo, Washington no se ha apresurado a levantar su dedo acusador contra los iraníes. "Hay una cantidad de posibles explicaciones para eso, incluso la que ha suministrado Irán2, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
"Dependemos de la OIEA para llegar al fondo de este asunto", dijo.
Mientras tanto el mundo aguarda las negociaciones entre Irán y el sexteto de mediadores internacionales, que concluyeron este jueves sin dar ningún resultado.
Pese a la buena disposición de las partes, Occidente no afloja su presión diplomática y económica (mediante sanciones) contra Teherán en su deseo de privarle de energía atómica, cuyo proyecto de desarrollo cree que encubre planes para fabricar la bomba atómica.
La secretaria del estado de EE. UU., Hillary Clinton, dijo que Washington y sus aliados seguirán ejerciendo presión sobre Irán. Al mismo tiempo los analistas advierten de que los mismos aliados, especialmente Estados Unidos, aumentan su presencia militar en las cercanías de Teherán.
Hay expertos que consideran que el bloque geopolítico occidental sostienen está interesado en ‘torpedear’ las negociaciones.
“Hay una guerra de zonas de influencia y de nueva hegemonía en la región. El eje de Irán, Damasco, Líbano es el eje que quieren romper los países occidentales y los países del Golfo como Qatar, Arabia Saudí e Israel”, opina el periodista Independiente Fernando Casares.
En la planta atómica subterránea de Fordo, al sur de Teherán, se han registrado trazas de uranio enriquecido hasta el 27 %, lo que supera el umbral del 19,75 % indicado por Teherán como su nivel máximo, señala un informe confidencial de la agencia nuclear de la ONU al que tuvo acceso la agencia EFE en la capital austríaca.
¿Camino directo a las armas nucleares?
Con una pureza del 20 % la ciencia habla de "uranio poco enriquecido", mientras que a partir de ese valor se habla de "uranio altamente enriquecido".
Lo que preocupa a Occidente es que resulta más difícil llegar al 20 % de enriquecimiento desde cero que avanzar desde el 20 % hasta el 90 %, el nivel necesario para fabricar bombas atómicas.
Irán asegura a los inspectores del OIEA que este exceso se debe a "razones técnicas fuera del alcance del control operativo", según informe.
Este enriquecimiento se ha producido en una planta ubicada en una montaña cerca de la ciudad santa de Qom, por lo que está fuera del alcance de cualquier intervención militar desde el aire.
EE. UU., con la mosca en la oreja
Estados Unidos, que al igual que Israel acusa a Teherán de intentar fabricar atómicas (algo que Irán rechaza), ha exigido que la OIEA investigue el caso del enriquecimiento de uranio a nives más altos de lo permitido.
Sin embargo, Washington no se ha apresurado a levantar su dedo acusador contra los iraníes. "Hay una cantidad de posibles explicaciones para eso, incluso la que ha suministrado Irán2, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
"Dependemos de la OIEA para llegar al fondo de este asunto", dijo.
Mientras tanto el mundo aguarda las negociaciones entre Irán y el sexteto de mediadores internacionales, que concluyeron este jueves sin dar ningún resultado.
Pese a la buena disposición de las partes, Occidente no afloja su presión diplomática y económica (mediante sanciones) contra Teherán en su deseo de privarle de energía atómica, cuyo proyecto de desarrollo cree que encubre planes para fabricar la bomba atómica.
La secretaria del estado de EE. UU., Hillary Clinton, dijo que Washington y sus aliados seguirán ejerciendo presión sobre Irán. Al mismo tiempo los analistas advierten de que los mismos aliados, especialmente Estados Unidos, aumentan su presencia militar en las cercanías de Teherán.
Hay expertos que consideran que el bloque geopolítico occidental sostienen está interesado en ‘torpedear’ las negociaciones.
“Hay una guerra de zonas de influencia y de nueva hegemonía en la región. El eje de Irán, Damasco, Líbano es el eje que quieren romper los países occidentales y los países del Golfo como Qatar, Arabia Saudí e Israel”, opina el periodista Independiente Fernando Casares.
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