El director chileno Pablo Larraín
filma una película sobre los últimos días del gobierno del dictador Augusto
Pinochet. La cinta, que acaba de ser presentada en Cannes, se titula 'No'.
La película, protagonizada por el
héroe de Gael García Bernal, René Saavedra, narra el referendo organizado por
el dictador y las circunstancias que lo rodearon.
En 1988 Pinochet decidió organizar una votación para legitimar su gobierno ante los países extranjeros. Durante los 27 días que precedieron aquel referendo, la oposición tuvo acceso a los canales de televisión, lo que cambió radicalmente el panorama político de Chile.
“En 1980 él reescribió la Constitución para sí mismo, su poder se hizo total, las elecciones se convirtieron en una pura formalidad. Pero la ley básica preveía la celebración de tal referéndum. Pinochet intentaba cancelarlo, pero no lo logró precisamente debido a la presión internacional. La revuelta de 1973 fue organizada por EE. UU. Es una información pública, todos lo conocen. Primero los estadounidenses ayudaron a Pinochet, le dieron una enorme cantidad de dinero. Luego, lo lamentaron. Lo mismo pasó con Irak: primero lo apoyaban, luego introdujeron las tropas”, comentó Pablo Larraín a la prensa rusa.
Según el guión, René Saavedra trabaja en una agencia publicitaria y recibe el encargo de efectuar una campaña contra Pinochet. Sin gran deseo por su parte, pero comprometido ante los amigos de sus padres, acepta el encargo.
Saavedra elabora una imagen viva y atractiva de la vida en Chile sin el dictador, aunque nadie en realidad cree que la campaña vaya a tener posibilidades de éxito. Tampoco la gente leal al dictador se muestra especialmente activa para frenar a Saavedra, pues creen que no hace falta, ya que la victoria les parece inevitable.
Sin embargo, el resultado es bien distinto y deja en estado de shock a todo el país. La dictadura, que parecía eterna, cae en una noche.
En 1988 Pinochet decidió organizar una votación para legitimar su gobierno ante los países extranjeros. Durante los 27 días que precedieron aquel referendo, la oposición tuvo acceso a los canales de televisión, lo que cambió radicalmente el panorama político de Chile.
“En 1980 él reescribió la Constitución para sí mismo, su poder se hizo total, las elecciones se convirtieron en una pura formalidad. Pero la ley básica preveía la celebración de tal referéndum. Pinochet intentaba cancelarlo, pero no lo logró precisamente debido a la presión internacional. La revuelta de 1973 fue organizada por EE. UU. Es una información pública, todos lo conocen. Primero los estadounidenses ayudaron a Pinochet, le dieron una enorme cantidad de dinero. Luego, lo lamentaron. Lo mismo pasó con Irak: primero lo apoyaban, luego introdujeron las tropas”, comentó Pablo Larraín a la prensa rusa.
Según el guión, René Saavedra trabaja en una agencia publicitaria y recibe el encargo de efectuar una campaña contra Pinochet. Sin gran deseo por su parte, pero comprometido ante los amigos de sus padres, acepta el encargo.
Saavedra elabora una imagen viva y atractiva de la vida en Chile sin el dictador, aunque nadie en realidad cree que la campaña vaya a tener posibilidades de éxito. Tampoco la gente leal al dictador se muestra especialmente activa para frenar a Saavedra, pues creen que no hace falta, ya que la victoria les parece inevitable.
Sin embargo, el resultado es bien distinto y deja en estado de shock a todo el país. La dictadura, que parecía eterna, cae en una noche.
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