Sarah Catt reconoció su culpabilidad ante los tribunales.
Una mujer británica se declaró
culpable de haber interrumpido su embarazo tan solo una semana antes de la
fecha prevista para el nacimiento de su bebé, según informa la Policía del
Reino Unido. Sarah Catt, de 35 años, supuestamente logró comprar por Internet
una medicina que le provocó el parto forzado.
Este lunes, en un tribunal de
Leeds, una ciudad en la parte norte de Inglaterra, la mujer reconoció que se
había provocado un aborto en la fase final del embarazo. Sin embargo, no se han
encontrado los restos del bebé.
Catt aseguró a la Policía que había interrumpido su embarazo legalmente, a pesar de que la historia médica demuestra que estaba embarazada de al menos 30 semanas, seis semanas más que el límite legal para abortar.
El inspector jefe de la Policía de Yorkshire del Norte, Kerrin Smith, dijo: “A pesar de que Sarah Catt se declaró culpable ante el tribunal y así marcó el final de una larga investigación policial, aún quedan muchas preguntas sin respuesta”. La más importante de estas es qué pasó con el cuerpo del bebé.
Catt tiene dos hijos, de diez y ocho años, y todavía está con su marido Stephen, de 41 años, quien la acompañó al tribunal ayer. Roger Catt, su suegro, de 67 años, aseguro que "es una mujer encantadora. Nunca me hubiera imaginado que pudiera hacer algo parecido”. La acusada recibirá la sentencia por su crimen en el mismo tribunal al que acudió hoy el próximo 17 de septiembre.
Catt aseguró a la Policía que había interrumpido su embarazo legalmente, a pesar de que la historia médica demuestra que estaba embarazada de al menos 30 semanas, seis semanas más que el límite legal para abortar.
El inspector jefe de la Policía de Yorkshire del Norte, Kerrin Smith, dijo: “A pesar de que Sarah Catt se declaró culpable ante el tribunal y así marcó el final de una larga investigación policial, aún quedan muchas preguntas sin respuesta”. La más importante de estas es qué pasó con el cuerpo del bebé.
Catt tiene dos hijos, de diez y ocho años, y todavía está con su marido Stephen, de 41 años, quien la acompañó al tribunal ayer. Roger Catt, su suegro, de 67 años, aseguro que "es una mujer encantadora. Nunca me hubiera imaginado que pudiera hacer algo parecido”. La acusada recibirá la sentencia por su crimen en el mismo tribunal al que acudió hoy el próximo 17 de septiembre.
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