Por el momento han sido inspeccionadas siete de las
nuevas comunidades que podrían haber sido atacadas.
No se encontraron
"evidencias de ninguna muerte" ni "casos de chabolos [casas]
incendiados" en las comunidades yanomami, informan las autoridades
venezolanas después de cuatro días de investigación tras la denuncia de masacre
de indígenas en la zona fronteriza con Brasil.
Según detalló la ministra de
Pueblos Indígenas de Venezuela, Nicia Maldonado, a la cadena estatal Venezolana
de Televisión, la comisión especial compuesta por fiscales, policías de
investigación y militares inspeccionó siete comunidades en la zona selvática en
el extremo sur de Venezuela fronterizo con Brasil y no encontró ninguna
"situación de violencia”. Pero al mismo tiempo comentó que todavía quedan
dos comunidades más alejadas por verificar.
Según las organizaciones pro indígenas, el pasado 5 de julio hasta 80 residentes -entre hombres, mujeres y niños- de una aldea de la comunidad Irotatheri, en el municipio de Alto Orinoco, habrían muerto a manos de buscadores de oro provenientes de Brasil. Primero, habrían sido baleados desde un helicóptero y luego los mineros ilegales habrían quemado sus viviendas con los indígenas dentro. Lo sucedido fue relatado por tres supervivientes de la matanza cuando finalmente lograron llegar al puesto militar más cercano, que se encuentra a unas dos semanas de caminata desde la aldea asaltada.
Según la cifra oficial, la población yanomami en Venezuela cuenta con unos 20.000 integrantes. Viven desperdigados por la selva tropical, en aldeas separadas por muchos kilómetros de tierra deshabitada. Según las organizaciones de defensa de derechos humanos, se encuentran gravemente amenazados por la globalización y la transculturación.
Según las organizaciones pro indígenas, el pasado 5 de julio hasta 80 residentes -entre hombres, mujeres y niños- de una aldea de la comunidad Irotatheri, en el municipio de Alto Orinoco, habrían muerto a manos de buscadores de oro provenientes de Brasil. Primero, habrían sido baleados desde un helicóptero y luego los mineros ilegales habrían quemado sus viviendas con los indígenas dentro. Lo sucedido fue relatado por tres supervivientes de la matanza cuando finalmente lograron llegar al puesto militar más cercano, que se encuentra a unas dos semanas de caminata desde la aldea asaltada.
Según la cifra oficial, la población yanomami en Venezuela cuenta con unos 20.000 integrantes. Viven desperdigados por la selva tropical, en aldeas separadas por muchos kilómetros de tierra deshabitada. Según las organizaciones de defensa de derechos humanos, se encuentran gravemente amenazados por la globalización y la transculturación.
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