Dos investigadores estadounidenses destacan el papel
cumplido por un desconocido físico austro húngaro en la fórmula que establece
la equivalencia entre energía y masa, transformada en la ecuación más conocida
de la historia.
Un artículo publicado en The European Physical Journal H
(EPJ H) escrito por Tony Rothman, de la Universidad de Princeton en Nueva
Jersey y Stephen Boughn, del Haverford College de Pensilvania, afirma que la
famosa ecuación E=mc² atribuida a Albert Einstein podría no sólo ser de su
autoría, sino que en su momento pudo tener la colaboración indirecta de un
físico austro húngaro poco conocido, llamado Friedrich Hasenöhrl.
Para explicar su teoría, los investigadores citan un
término acuñado por el filósofo Thomas Kuhn, donde menciona que la naturaleza
del progreso en la ciencia se produce mediante los cambios de paradigma, que se
relacionan con las circunstancias culturales e históricas de los grupos de
científicos. Así, los autores del estudio analizaron la obra original del
físico austríaco acerca de la radiación de cuerpo negro en una cavidad con
paredes perfectamente reflectantes, encontrando un error en sus cálculos. Este
aspecto había sido investigado anteriormente por otros científicos como el
matemático Henri Poincaré y el físico alemán Max Abraham, aunque luego fue
Albert Einstein quien estableció la relación correcta entre masa inercial y
energía electromagnética en 1905. Por ello, la investigación postula que el
célebre científico podría haber utilizado de forma indirecta el trabajo de
Hasenöhrl.
Seis años después, el físico alemán Max von Laue
generalizó esta ecuación y la incluyó en todas las formas de energía.
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