La lucha contra las descargas ilegales de música y
películas se refuerza en EEUU, con la implantación por parte de los principales
operadores de Internet de un controvertido sistema que puede desembocar en la
suspensión de la conexión.
El dispositivo, que incluye el envío de avisos graduales
antes de suspenderse la suscripción, es respaldado por la industria musical y
cinematográfica, pero sus detractores lo consideran liberticida. Se prevé que
los transgresores identificados reciban hasta seis advertencias, mediante
ventanas emergentes que no pueden obviar.
Luego, la velocidad de la conexión a Internet puede ser
reducida y hasta puede quedar suspendida, aunque no se prevé su corte
definitivo. El sistema fue presentado a las empresas como un mecanismo
voluntario, pero fue aceptado por los cinco principales operadores de internet
del país, que cubren el 85% del mercado residencial: Comcast, Time Warner
Cable, AT&T, Cablevision y Verizon.
La empresas empezaron esta semana a desvelar la manera en
que pretendían proceder. AT&T anunció en un comunicado que pediría a sus
clientes dirigirse a un portal en internet donde se les informaría sobre la
distribución en internet de productos que cuentan con derechos de autor.
"Muchos clientes responderán positivamente a la primera notificación y no
necesitarán otras alertas", confió su vicepresidente, Ben Olson.
En cuanto a Comcast, las "alertas progresivas serán
en primer lugar informativas, y evolucionarán como 'alertas de
disminución'" del servicio, lo que obligará a los clientes a ponerse en
contacto con el operador, pero el dispositivo no prevé una
"interrupción" del acceso a internet, asegura un mensaje publicado en
el sitio web del grupo.
Verizon afirma en su propio sitio que prevé
"reducciones temporales de la velocidad de acceso a internet, de entre dos
y tres días" y que los clientes recibirán "al menos cinco
alertas". Cablevision señala por su parte que "puede suspender
temporalmente el acceso a internet por un período determinado" en caso de
infracciones reiteradas.
El Centro para la información sobre derechos de autor,
creado por la industria musical y cinematográfica y los operadores de internet
con el fin de coordinar la implementación del dispositivo, asegura que éste
apunta a "educar antes que castigar, y a dirigir (a los consumidores) hacia
opciones legales", según su directora, Jill Lesser. Asegura que quienes
consideren haber recibido alertas "por error" contarán con un
"procedimiento fácil" para que se reexamine su caso. No obstante, los
detractores critican el aspecto invasivo de la medida.
"Se trata de un sistema de vigilancia
elaborado", denuncia Corynne McSherry de la Fundación para la frontera
electrónica, un grupo de defensa de los derechos en Internet. Asimismo, lamenta
la "falta de transparencia" de este "sistema privado de aplicación
de los derechos de autor" y teme que, "inevitablemente, quede gente
inocente atrapada".
"Pronto su operador lo espiará y se inmiscuirá en su
servicio de internet a pedido de Hollywood", advierte también en un
mensaje en Twitter el grupo de activistas Combate por el futuro. "Pueden
ralentizar o cortar su conexión a internet sin ningún tipo de proceso,
invocando una violación de derechos de autor", agregó.
La Fundación de las tecnologías de la información y de la
innovación, un grupo de reflexión con sede en Washington, consideró no obstante
que el sistema consistía en "un modelo que permite ocuparse de los
derechos de autor en línea sin frenar indebidamente el uso de internet".
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