martes, 5 de marzo de 2013

¿QUÉ PROVOCÓ EL AGUJERO QUE SE TRAGÓ A UN HOMBRE EN FLORIDA?


La madrugada del viernes, Jeff Bush, un hombre de 37 años que descansaba en su casa de Florida, fue tragado por un agujero que se abrió en la tierra bajo su habitación. Por el momento, el cuerpo ni siquiera ha aparecido. El caso parece extraordinario, especialmente porque ha tenido una consecuencia trágica, la pérdida de una vida humana, pero en realidad se trata de un fenómeno geológico más corriente de lo que imaginamos.


Estos hundimientos súbitos se producen en terrenos kársticos, que se caracterizan por ser, básicamente, un queso gruyer. En la superficie existen dolinas, un tipo especial de depresión geológica que se sustenta en una delgada capa de uno a tres metros y bajo ella, un entramado de cuevas.

«Las dolinas de hundimiento son muy frecuentes en Florida, donde el suelo es un sustrato calcario», explica Juanjo Durán, director de Investigación y Prospectiva Geocientíficas del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). «Ocurren por cambios en el terreno provocados por diferentes causas, como la fuga de una tubería (el agua arrastra los materiales finos del suelo), movimientos del nivel del agua, pequeñas sacudidas sísmicas e incluso el paso de un gran camión», apunta el científico.

Estos agujeros pueden ser muy grandes y alcanzar los 200 metros de diámetro. «El de Florida es pequeño, lo raro es que se haya producido dentro de una casa», dice Durán. «Un colapso de este tipo, tan brusco, ocurre cada 5.000 años, generalmente suelen anunciarse con señales como grietas, zonas que se van hundiendo, indicios de desestabilidad...», añade Guillermina Garzón, profesora de Geomorfología de la Universidad Complutense. Ante estas señales, los ingenieros pueden intervenir con una inyección de hormigón o la actuación adecuada antes de que se produzca el hundimiento. «Los fenómenos de la naturaleza se suelen esperar, lo difícil es saber dónde y con qué intensidad exactamente».

En España se conocen bastantes casos, aunque sin consecuencias tan trágicas, tan solo algunos edificios y construcciones afectadas. Por ejemplo, no son raras las dolinas de hundimiento en zonas urbanas del País Vasco, Cantabria o Cataluña. Y también se han registrado en Cáceres capital, las Tablas de Daimiel o Calatayud en Zaragoza.

70 metros de profundidad

Pero, ¿dónde está el cuerpo del vecino de Florida? ¿Por qué no ha aparecido? Aunque parezca que no puede estar en otra parte que unos metros más abajo de su propia casa, esto no es tan sencillo. «Lo habitual es que estos agujeros tengan de 15 a 30 metros de profundidad, aunque algunos pueden llegar al kilómetro», advierte el geólogo. En España, el más profundo que se haya registrado jamás, según recuerda el investigador, es el de la Sima de Pedreguer, en Alicante, que se hundió de súbito en medio de un naranjal y alcanzó los 70 metros de profundidad.

Pero la cuestión más importante no es la profundidad, sino que hay todo un mundo ahí abajo. 

«Cuando se hunde el terreno, la capa superficial se cae y los escombros y la tierra se mezclan en una amalgama. Es fácil que existan corrientes subterráneas de agua que hayan podido arrastrar todo lo que se hayan encontrado», afirma. El cuerpo de Bush puede haber sido desplazado.

Parece absurdo construir una casa en un terreno tan delicado, pero «en Florida no tienen dónde elegir, el sustrato carbonatado forma buena parte de su territorio», indica el experto.

«En Europa, donde las ciudades son más antiguas, los sitios de hundimiento ya han sido descartados». Eso sí, a no ser que sea un terreno sospechoso, los estudios que se realizan antes de la construcción no incluyen este tipo de fenómenos.

El agujero de Florida incluso se ha ensanchado peligrosamente, por lo que los técnicos han derribado la casa y «estudian si ha sido algo puntual o si se trata de otro proceso más grande, una pérdida de soporte en toda la zona», precisa Garzón.

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