Un equipo internacional de antropólogos descubrió en el
sur de Francia pinturas rupestres que, según consideran, son las
muestras más antiguas de arte mural conocidas hasta ahora. Los
resultados de la investigación, que demandó cerca de cinco años, se publicaron
ayer en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy
of Sciences (PNAS).
Hasta ahora, las pinturas rupestres de la gruta de
Chauvet, situada en el departamento de Ardèche, se consideraban, con sus 32 mil
años, las más antiguas del mundo (ver La cueva de los sueños).
Las nuevas imágenes, que muestran
vulvas, animales y formas geométricas grabadas en un bloque de piedra
caliza de 1,5 tonelada, datan de hace unos 37 mil años y, según los
científicos, ofrecen una muestra del papel que el arte desempeñaba en las vidas
cotidianas de los humanos del período Auriñaciense.
La cultura Auriñaciense sustituyó hace unos 38 mil años a
la cultura Musteriense y en otros lugares al Châtelperroniense, en el inicio
del Paleolítico superior extendiéndose desde el sureste de Europa (actual
Grecia) hacia el nordeste llegando Italia, Francia y el este de España.
Un equipo de más de una docena de arqueólogos y
antropólogos de universidades e institutos de Europa y Estados Unidos excavó
durante tres lustros en el sitio del descubrimiento, llamado
Abri Castanet. “Durante mucho tiempo se reconoció al Abri Castanet y su sitio
hermano Abri Blanchard entre los emplazamientos que en Eurasia mostraron los
artefactos con símbolos humanos más antiguos”, señala el artículo de PNAS.
Entre los objetos que muestran la presencia humana se
encontraron dientes de animales perforados, conchas perforadas, cuentas de
marfil y piedra, tallas, marcas y pintoras en superficies de piedra caliza.
“Los
primeros humanos auriñacences funcionaban más o menos igual que los del
presente”,
explicó Randall White, profesor de antropología en la Universidad de Nueva York
y uno de los autores del estudio. “Los auriñacenses tenían complejas
identidades sociales que se comunicaban mediante la ornamentación personal
y practicaban la escultura y las artes gráficas”, agregó.
En 2007 el equipo descubrió un bloque de piedra caliza,
con imágenes grabadas, en lo que había sido una caverna ocupada por un grupo de
cazadores de renos. Los análisis geológicos posteriores mostraron que el
techo de la cueva, ahora colapsado, había estado a unos dos metros por encima
del suelo. Mediante el proceso de carbono 14, que determina la antigüedad de
los compuestos orgánicos por la radiación, calcularon la edad de las pinturas.
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