Hace 150 millones de años, los insectos tenían una
envergadura de hasta 70 centímetros.
Los insectos gigantescos era algo
habitual en la prehistoria. Su envergadura alcanzaba los 70 centímetros, pero
luego su tamaño se redujo para evadir con mayor facilidad a sus predadores: las
aves.
Según las teorías modernas, estas
impresionantes dimensiones están relacionadas directamente con el nivel del
oxígeno en la atmósfera: aún con estos tamaños, a los insectos les bastaba el oxígeno para
vivir, ya que entonces este gas constituía un 30% de todo el aire, a diferencia
del 23% actual.
Hace 150 millones de años casi no tuvieron competidores en el cielo: las aves eran todavía bastante primitivas. En los últimos estudios se había podido dilucidar a qué se debió la reducción del tamaño de los insectos al final del período Jurásico, pese al aumento del porcentaje de oxígeno que se registró entonces.
Según el nuevo estudio de los científicos de la Universidad de California, el fenómeno se debió a la evolución de aves. Los investigadores analizaron información sobre más de 10.000 fósiles prehistóricos de insectos con apoyo de dos modelos distintos de análisis. Ambos mostraron resultados similares.
Cuando las aves evolucionaron hasta ser bastante ágiles para capturar a los insectos, éstos tuvieron que adaptarse: un menor tamaño era más ventajoso, ya que les permitía evadir con mayor facilidad los ataques de sus predadores. Los resultados de ese proceso se pueden ver en la actualidad.
Hace 150 millones de años casi no tuvieron competidores en el cielo: las aves eran todavía bastante primitivas. En los últimos estudios se había podido dilucidar a qué se debió la reducción del tamaño de los insectos al final del período Jurásico, pese al aumento del porcentaje de oxígeno que se registró entonces.
Según el nuevo estudio de los científicos de la Universidad de California, el fenómeno se debió a la evolución de aves. Los investigadores analizaron información sobre más de 10.000 fósiles prehistóricos de insectos con apoyo de dos modelos distintos de análisis. Ambos mostraron resultados similares.
Cuando las aves evolucionaron hasta ser bastante ágiles para capturar a los insectos, éstos tuvieron que adaptarse: un menor tamaño era más ventajoso, ya que les permitía evadir con mayor facilidad los ataques de sus predadores. Los resultados de ese proceso se pueden ver en la actualidad.
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