Investigadores mexicanos descubrieron
que el medicamento llamado inhibidor de AKT podría utilizarse para el tratamiento
de pacientes con cáncer triple negativo, el cual representa de 12 a 15 por
ciento de los tumores de mama.
El jefe del Laboratorio de Genómica del Cáncer, Alfredo
Hidalgo Miranda, señaló que científicos mexicanos descubrieron alteraciones
relacionadas con el cáncer de mama, que podrían representar una esperanza para
las mujeres que desarrollan ese mal.
Hidalgo Miranda informó que el hallazgo se dio luego de
un estudio a un grupo de mujeres con ese padecimiento, que es muy agresivo y
con un alto riesgo de recaída a cinco años, para la cual sólo se puede ofrecer
quimioterapia tradicional como tratamiento.
Luego de trabajar sobre las bases moleculares de los
tumores de mama, el especialista indicó que se continúa con el desarrollo del
método más adecuado para iniciar un ensayo clínico que permita comprobar si el
uso de ese medicamento beneficia a las pacientes con esas alteraciones.
Refirió que durante cuatro años los expertos se han
dedicado a la caracterización de alteraciones en el genoma de tumores de seno,
en un grupo de 103 mujeres que desarrolló la enfermedad, de las cuales 15 por
ciento tenía cáncer triple negativo.
En la investigación, detalló, se descubrió que la
secuencia normal de los genes MAGI3 y AKT3 se rompió y luego se reacomodó de
una forma que no debería ser, formando un gen de fusión, es decir, la unión de
dos genes que normalmente no están juntos.
Para evaluar si esa fusión era dañina, expresaron el gen
de fusión en células normales y se observó que se transformaban en cancerosas,
detalló el jefe de ese laboratorio del Instituto Nacional de Medicina Genómica
(INMEGEN).
La buena noticia, subrayó el investigador, es que hay
medicamentos específicos que inhiben la acción de AKT, los cuales, si bien
todavía no se encuentran en el mercado, ya se están probando en ensayos
clínicos para el tratamiento de tumores distintos al cáncer de mama.
Otro hallazgo ubicado en el genoma del cáncer de mama fue
una alteración en los genes CBFB y RUNX1, que nunca se habían reportado en
tumores de mama, pero podrían ayudar al desarrollo de nuevos fármacos para el
tratamiento del mal que ocupa el primer lugar como causa de mortalidad en las
mujeres adultas mexicanas.
De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Salud
(SSA), los resultados de ese trabajo se publicaron el pasado 21 de junio en la
prestigiada revista científica Nature.
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