El país va a defender los recursos hídricos como uno de
sus valores estratégicos.
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái
Pátrushev, no descarta que la escasez de recursos hídricos pueda provocar
guerras entre los pueblos del mundo.
“Uno de los importantes topes del crecimiento económico
puede ser el creciente déficit de agua dulce
en el mundo”, dijo el estadista ruso en una conferencia científica dedicada al
desarrollo de los recursos acuáticos. “Mientras la lucha competidora en el
universo se está agravando, no podemos descartar el uso de la fuerza militar
para resolver los emergentes problemas relacionados con los recursos
naturales”.
Pátrushev
recordó que a escala global Rusia ocupa el segundo lugar, después de Brasil, por el volumen de los caudales
fluviales con los que cuenta. En el índice de agua potable por persona su
posición es la tercera, tras el mismo país sudamericano y Canadá. Solo el lago Baikal
aporta el 20% de las reservas universales de agua dulce en superficie.
Por otro lado cerca de 700 millones de personas en 43
países padecen escasez de agua potable. Hacia 2025 el problema podría afectar a
3.000 millones de personas.
En tanto, para Rusia, muy rica en recursos hídricos, el
agua es “uno de los principales retenes para incrementar su capacidad
competidora en el ámbito mundial y asegurar sus intereses nacionales”. Para
ello, es preciso elaborar unas medidas en defensa de esta riqueza nacional a
largo plazo, afirmó el ponente.
A su juicio la probabilidad de una eventual escalada
bélica de conflictos por el agua, pone al país ante un conjunto de cuestiones
de carácter estratégico.
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