Un equipo de científicos de la Universidad de Florida
descubrió un tipo de ratón africano que puede regenerar los tejidos dañados por
una herida, lo que puede inspirar nuevas investigaciones en la medicina
regenerativa, informó ese centro educativo estadounidense.
Según un estudio dirigido por el biólogo de la
Universidad de Florida Ashley W. Seifert, y cuyos resultados también pública la
revista científica Nature, el ratón espinoso africano puede regenerar tejidos
del cuerpo dañados tras sufrir una herida.
Este pequeño mamífero africano “parece que puede
regenerar el tejido de la oreja de la misma forma que a una salamandra le
vuelve a crecer una extremidad perdida por el ataque de un predador”, señaló
Seifert en un comunicado.
“La piel, los folículos capilares y el cartílago, todo,
se regenera”, afirmó el investigador, quien destacó que no sucede así en otros
mamíferos, en los que, por lo general, el “tejido de una cicatriz se forma para
llenar el hueco generado por una herida”.
Además, a este tipo de ratón también le vuelve a crecer
el tejido de otras partes del cuerpo tras sufrir una herida, aunque no de una
manera tan completa como sucede con el tejido de la oreja. “Regenera los
folículos capilares y la piel, pero el músculo de debajo de la piel no se
regenera”, precisó.
No obstante, este hallazgo “puede representar un nuevo
modelo para la curación y regeneración del tejido de seres humanos”, puso de
relieve el científico.
Seifert estaba estudiando la curación sin cicatrices en
animales anfibios cuando un colega le dijo que un pequeño roedor africano
parecía tener un mecanismo de defensa por el que podía “amputarse una parte del
cuerpo para escapar de los predadores”.
Este mecanismo de “autonomía” es ya conocido en
“lagartijas y salamandras”, pero es muy raro en los mamíferos y hasta ahora
hemos visto sólo unos pocos roedores que pueden deshacerse de la cola”, explicó
en un comunicado.
Lo que realmente llamó la atención del ratón espinoso
africano a Seifert fue la capacidad de curación de sus heridas, tras someter al
pequeño roedor a una biopsia realizada mediante perforación en las orejas.
“Los resultados fueron asombrosos”, destacó el científico
de la Universidad de Florida, quien resaltó el hecho de que la biopsia mostraba
que los “diversos tejidos del oído volvían a crecer mediante la formación de
estructuras de tipo blastema”, el mismo proceso biológico que una salamandra
utiliza para regenerar una extremidad amputada.
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