El fenómeno climático de El Niño podría volver a
desarrollarse en septiembre y octubre y persistir durante el invierno boreal, predijo
el martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Según el último boletín trimestral Niño/Niña de esta
agencia de la ONU, la temperatura del mar en superficie en el Pacífico Tropical
aumentó en julio y en agosto de este año, hasta alcanzar niveles
correspondientes a una anomalía El Niño de débil intensidad.
"Sin embargo, las características atmosféricas de
una anomalía El Niño -presión a nivel del mar, vientos alisios y nebulosidad-
todavía no se han manifestado", indica la OMM.
De momento, la OMM considera por lo tanto que "el
sistema océano-atmósfera en su conjunto está actualmente en un estado
neutro", es decir que no corresponde ni a una anomalía El Niño, ni a una
anomalía La Niña.
Pero los expertos estiman "más probable que
improbable" que las condiciones evolucionen hacia las características de
un episodio El Niño.
Según la mayoría de los modelos de previsión climática,
parece bastante probable que las condiciones características de un episodio El
Niño se desarrollen en septiembre y en octubre y que persistan durante el
invierno boreal.
Si se confirma el fenómeno de El Niño, es muy probable
que sea de "débil intensidad", precisa la OMM.
En el pasado, los episodios El Niño se producían durante
el otoño y el invierno boreal y estaban entre otras cosas vinculados a un
déficit pluviométrico en algunas partes de Australia, Indonesia, Filipinas, en
el noreste de Brasil, en el sureste de África y en algunas regiones de Asia.
Como se ha podido observar en el pasado, estos episodios
también van a menudo acompañados por una pluviosidad superior a la normal en
Ecuador y en el norte de Perú, en el sur de Brasil hasta el centro de Argentina
y en algunas regiones de África del Este. Además, los inviernos de El Niño son
a menudo más suaves en el oeste de Canadá y algunas partes del norte de Estados
Unidos, y más húmedos en el sur de Estados Unidos.
En su origen, El Niño era el nombre que los pescadores de
la costa oeste de Sudamérica daban a la aparición de aguas anormalmente
calientes en el Pacífico en torno a Navidad. El fenómeno inverso se llama La
Niña.
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