Dos científicos descubrieron que el
llamado 'fenómeno de Carlomagno', el cual una súper llamarada
solar afectó a la Tierra en el año 775 y que hoy podría
destruir los avances tecnológicos de nuestra civilización, fue 10-20 veces más
fuerte que el "evento Carrington", la llamarada solar X40.0 de 1859.
Adrian Melott, profesor de física
y astronomía en la Universidad de Kansas, y Brian Thomas, de la Universidad de
Washburn, han propuesto una nueva explicación para el 'fenómeno de
Carlomagno', un brote de radiación registrado durante las guerras de
Carlomagno contra los lombardos.
Este extraño fenómeno fue
descubierto en 2012, cuando un análisis de los anillos de dos cedros japoneses
reveló que entre los años 774 y 775 (precisamente cuando el emperador combatía a
los lombardos), el nivel atmosférico de carbono-14 radiactivo aumentó en un
1,2%. Esto indica que los rayos cósmicos bombardearon nuestro planeta y
convirtieron el nitrógeno-14 atmosférico en carbono-14.
Según Adrian Melott, los
descubridores del fenómeno lo atribuyeron a una radiación mil veces más potente
que la observada durante la tormenta geomagnética de 1859, la
mayor en la historia de la humanidad. “Acabamos de repasar cuidadosamente estos
cálculos erróneos y hemos descubierto que el estallido fue sólo 10-20 veces más
fuerte que... en el año 1859 ".
La llamarada solar de
1859 provocó un apagón de energía y una aurora boreal visible
hasta el Caribe, hasta el punto de que los habitantes de Montañas Rocosas se
despertaron pensando que había amanecido. Sin embargo, en los años 774-775 no
se observó nada extraordinario.
Los datos de la sonda espacial
Kepler muestran que estrellas como el Sol son propensos a desprender llamaradas
periódicas de capacidad muy por encima a la normal. Una de estas llamaradas
provocó un fuerte aumento de la radioactividad en 774-775, estima el
científico.
Inocuo en 775, ¿letal en nuestra
época?
De acuerdo con datos
suministrados por Kepler, fenómenos como éste se registran aproximadamente una
vez cada mil años, así que pronto podría acaecer uno similar.
Si se diera el caso, la Humanidad
sobreviviría al cataclismo con muchas más pérdidas que el Estado carolingio y
sus contemporáneos. Los seres humanos en aquel entonces podrían haber padecido
un aumento de enfermedades cancerígenas de piel (debido a la destrucción de una
cantidad significativa de ozono), así como una disminución de las cosechas.
Pero en nuestro caso… Si en 1859 en todo el mundo falló la comunicación
alámbrica (telégrafo), que es la más segura, es fácil imaginar cómo afectaría a
la comunicación inalámbrica...
Un fenómeno 10-20 veces más
potente que una tormenta solar en la época de Carlomagno
causaría en tubos de acero y gas-oleoductos una corriente eléctrica
proporcional a su longitud. Quedarían dañados gasoductos y oleoductos,
transformadores de potencia, etc. Sustituir o reparar todos los transformadores
supondría un enorme trabajo. Y todo ello sin hablar de la disfunción masiva de
la mayoría de los dispositivos electrónicos.
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