Aunque los creyentes en teorías especulativas suelen
mostrarse escépticos hacia los argumentos científicos, la pregunta merece ser
contestada. Los primeros humanos infectados con el VIH no fueron los hombres
homosexuales de la década de los ochenta, sino miembros de poblaciones humanas
del centro y centro-oeste de África que se infectaron en las primeras décadas
del siglo XX. Y las infecciones por hantavirus en el Parque Natural de Yosemite
en California son otro caso típico de zoonosis o enfermedad infecciosa que se
transmite de manera natural y eventual de animales a humanos.
Respecto al sida y el síndrome pulmonar por hantavirus
(SPH) la respuesta es contundente: los respectivos agentes patógenos que causan
estas enfermedades tienen como huéspedes originales o naturales los primates o
roedores, respectivamente, desde antes de que los laboratorios y las teorías
conspiratorias existieran. Y aún más antiguo que el hombre es el fenómeno
evolutivo que diversos agentes patógenos y parásitos, en el que se enmarcan
estas dos eficaces zoonosis, y que es conocido como salto entre especies
huéspedes.
El VIH no fue creado en ningún laboratorio. Variantes del
virus muy similar a las que iniciaron la pandemia de VIH en humanos conviven
sin causar ninguna enfermedad aparente a los primates infectados desde tiempos
inmemoriales donde este tipo de virus recibe el nombre de VIS (virus de
inmunodeficiencia de los simios). Parece que esta convivencia pacífica entre el
pariente del simio del VIH y los primates se debe a un largo proceso de
co-evolución virus-huésped. Durante este proceso los simios han desarrollado
mecanismos moleculares de control sobre el virus que preservan su sistema
inmune. El contacto de sangre infectada de ciertos simios con mucosas o sangre
humana facilitó este salto de especies por parte del VIS/VIH. De hecho, muchos
saltos de estos y otros virus de una especie huésped a otra se encuentran bien
documentados y demostrados en la literatura científica desde los tiempos de
Louis Pasteur y su vacuna antirrábica. Pero, desafortunadamente, a diferencia
del virus de la rabia y los hantavirus cuando infectan humanos, en el caso del
VIH la infección en humanos es persistente, cursa de manera silenciosa durante
años y su transmisión entre humanos es eficaz. Estos son a grandes rasgos las
claves de la pandemia de VIH.
Podemos hablar de enfermedades emergentes o reemergentes,
que son aquellas que parecían prácticamente erradicadas y han reaparecido. Pero
de momento no se han documentado, hasta donde yo puedo llegar, enfermedades o
pandemias relacionadas con propósitos oscuros y causadas por agentes
infecciosos inventados en laboratorios. Con los que existen de manera natural
ya tenemos suficientes quebraderos de cabeza.
Fuente: Maria A. Bracho. Investigadora del Miguel Servet.
Centro Superior de Investigación en Salud Pública.
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