martes, 26 de febrero de 2013

FENÓMENOS EXTREMOS DE FRÍO Y CALOR SE DEBEN A ALTERACIÓN DE CORRIENTES DE AIRE


Expertos en climatología determinaron el mecanismo de los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las olas de calor y frío, que atribuyeron a una perturbación de las corrientes atmosféricas provocada por el recalentamiento.


Estados Unidos conoció en 2011 una ola de calor canicular, un año después que Rusia, mientras que en el mismo 2010 Pakistán padecía inundaciones sin precedentes.

Según una investigación de climatólogos publicada el lunes, estos devastadores fenómenos son consecuencia de una misma perturbación de las corrientes atmosféricas que circulan en el hemisferio norte, afectadas por el calentamiento derivado de las emisiones de gases con efecto invernadero producidas por actividades humanas.

"Una parte importante de la circulación del aire en las latitudes medias de la Tierra asume habitualmente la forma de olas que se desplazan alrededor del globo, oscilando entre las regiones tropicales y árticas", explica Vladimir Petukhov, del Potsdam Institute for Climate Impact Research (PIK) de Alemania, principal autor de esta investigación.

"Cuando estas olas oscilan hacia las alturas aspiran el aire caliente de los trópicos hacia Europa, Rusia o Estados Unidos, y cuando se mueven hacia abajo producen el mismo fenómeno pero con las masas de aire frío del Ártico", señaló el científico en este estudio, publicado en los Anales de la Academia de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).

"Descubrimos que durante varios de estos fenómenos meteorológicos extremos recientes estas olas atmosféricas permanecieron fijas a lo largo de varias semanas", agregó.

El recalentamiento no es uniforme, y varía según las regiones del planeta. En la Antártida, el ascenso de las temperaturas se ve amplificado por las pérdidas de nieve y de hielo, señala el climatólogo.

Ello reduce las diferencias térmicas entre la región ártica y Europa, por ejemplo, lo cual afecta la circulación de aire en torno al globo, cuyo principal motor es la diferencia de temperaturas, indicó.

Por otra parte, los continentes se recalientan y se enfrían más rápidamente que los océanos, lo que contribuye a la paralización de las olas de aire.

"Estos dos factores son cruciales para el mecanismo que hemos detectado, que provoca períodos prolongados de calor o de frío", señaló Vladimir Petukhov.

Dos o tres días seguidos con temperaturas de 30 grados Celsius no es un problema, pero 20 días o más generan un estrés importante en numerosos ecosistemas y en aglomeraciones urbanas que no están habituadas a tales olas prolongadas de calor.

En esos días, la mortalidad aumenta, así como los incendios forestales y las pérdidas de cultivos.

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