Corea del Sur contestó este miércoles al último desafío
del Norte con la amenaza de una respuesta de fuego, mientras crece la tensión
por unas intensificadas maniobras militares en la región y las inminentes
sanciones de la ONU al régimen de Kim Jong-un.
Seúl prometió “duras represalias” ante la nueva ofensiva
retórica del poderoso Ejército Popular de Corea del Norte, que en una amenaza
sin precedentes prometió ayer dar por nulo el armisticio que seis décadas atrás
puso fin a los tres años de la Guerra de Corea (1950-53).
“Si Corea del Norte sigue adelante con sus provocaciones
y pone en peligro las vidas y la seguridad de los surcoreanos, nuestro Ejército
contraatacará con dureza y severidad contra el comando y sus fuerzas de apoyo”,
advirtieron en un comunicado las Fuerzas Armadas de Corea del Sur.
El Ejército remarcó que está “completamente preparado”
para dar una contundente respuesta a posibles agresiones del Norte, que ayer
también amenazó con un “preciso” ataque a su vecino, y en estos momentos vigila
atentamente los movimientos de las tropas comunistas.
“Corea del Sur y EEUU han ampliado sus activos de
vigilancia para observar de cerca al Ejército de Corea del Norte”, afirmó una
autoridad militar surcoreana, tras precisar que “las tropas han sido puestas en
máxima alerta”.
Pyongyang, por su parte, habría iniciado un ensayo con
submarinos de combate y la próxima semana podría dar inicio a maniobras
militares a gran escala en todo el país, según fuentes anónimas del Ejército
surcoreano.
Este último lleva actualmente a cabo, junto a las fuerzas
de EEUU, las maniobras anuales “Foal Eagle”, que desde su inicio el pasado día
1 han contribuido a elevar la persistente tensión en la península coreana, y se
dispone a dar inicio el día 11 a otro ejercicio militar, el Key Resolve.
Esa tensión acumulada estalló ayer en el desafío verbal
del poderoso Ejército Popular de Corea del Norte, que también advirtió de un
próximo corte de comunicaciones con el Sur en la aldea de Panmunjom, en la
franja fronteriza entre los dos países y utilizada para los escasos contactos
bilaterales.
Las maniobras militares de Washington y Seúl son uno de
los motivos aducidos por Pyongyang para justificar sus últimas amenazas.
“El Key Resolve y el Foal Eagle son ensayos para
perpetrar un ataque preventivo y una guerra nuclear” contra el país, aseguró
hoy el diario del régimen Rodong Sinmun, que en la habitual retórica belicista
norcoreana definió la situación actual como “de guerra inminente”.
El Ejército del Sur, por su parte, alegó que Corea del
Norte “ya fue avisado de la naturaleza defensiva” de las maniobras conjuntas,
orientadas a coordinar las fuerzas de Seúl y Washington para elevar su
capacidad de respuesta a un hipotético ataque del vecino comunista.
EEUU, a su vez, logró ayer acordar con China, histórico
aliado de Corea del Norte, llegar a un acuerdo en el seno del Consejo de
Seguridad de la ONU para imponer nuevas sanciones al régimen de Kim Jong-un por
su reciente prueba nuclear, la tercera desde 2006 y la más potente, que tuvo
lugar el pasado 12 de febrero.
El acuerdo entre las dos potencias mundiales, que
previsiblemente cristalizará en una nueva resolución sancionadora en los
próximos días, ha sido el otro blanco de las iras de Corea del Norte, que
denuncia una campaña internacional de hostilidad hacia el país liderada por su
“enemigo” EEUU.
La primera potencia militar del mundo mantiene, como
herencia de la Guerra de Corea, unos 28.500 efectivos en Corea del Sur, país al
que se compromete a defender ante un hipotético ataque del país que años atrás
formó parte del famoso “eje del mal” del expresidente estadounidense George W.
Bush.
Norte y Sur permanecen técnicamente en guerra desde hace
seis décadas, debido a que el conflicto armado que las enfrentó no ha sido
hasta hoy sustituido por un acuerdo final de paz.
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