Biólogos estadounidenses desarrollaron exitosamente una vacuna que
protege a los ratones del virus Ébola y plantean que ese fármaco podría
rápidamente salvar a los humanos en caso de un brote.
El grupo de investigadores dirigidos por Charles Arntzen pudo combatir
la enfermedad con la ayuda de un anticuerpo al que se agregó un
fragmento del virus, que luego se utiliza por el sistema inmune del
organismo como un marcador para el reconocimiento de los objetos ajenos.
El virus Ébola fue por primera vez identificado en 1976 en la región de
río Ébola (en la República Democrática del Congo, antiguo Zaire),
durante una epidemia. Provoca en humanos y animales fiebre hemorrágica,
una enfermedad infecciosa y altamente contagiosa. La mortandad de este
mal alcanza el 90% y todavía no fue encontrado un remedio efectivo.
Charles Arntzen y sus colegas crearon un 'complejo inmune' que es una
combinación del anticuerpo que neutraliza el virus y un pequeño
fragmento de una proteína de la cubierta del virus. Los biólogos
incorporaron la 'materia prima' de la vacuna en las hojas del tabaco
transgénico, que se convirtieron en 'pequeñas fábricas' de la sustancia.
Luego, ese complejo inmune fue extraído y su efectividad fue probada
primero en una cepa del virus y en la etapa siguiente, en roedores
vivos. Según los resultados del experimento, una mezcla de los
anticuerpos 'artificiales' y de sustancias que estimulan la inmunidad
del animal, hizo que los organismos de los ratones produzcan una mayor
cantidad de anticuerpos contra el virus Ébola.
Luego, tras cuatro vacunaciones, los científicos contagiaron a los
roedores con una dosis mortal del virus. Pasado un mes del contagio,
sobrevivió cerca del 80% de los animales que habían recibido la vacuna
experimental. En otros grupos, que habían recibido otras variantes de la
vacuna, todos los animales murieron.
Según indican los biólogos en su artículo publicado en la revista
Proceedings of the National Academy of Sciences, actualmente se planean
experimentos en primates. Aunque la enfermedad, felizmente, no tiene una
alta incidencia y la región de su propagación es África, los
investigadores no excluyen la posibilidad de un ataque bioterrorista en
EE.UU. con el uso de este virus mortífero. En caso de una urgente
necesidad, la vacuna se podría crear rápidamente utilizando este método
novedoso, afirman los inventores.
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