El
Gran Colisionador de Hadrones (GCH o LHC, por sus siglas en inglés) marca
nuevos récords.
Esta vez se trata del récord de energía sumaria de colisión que alcanzó los 8
TeV (tetraelectronvoltios).
Los
científicos del Laboratorio
Europeo de Física de Partículas (CERN) anunciaron el aumento de la energía
de colisiones hasta los 4 TeV por haz en febrero de este año. Este nivel es de
un 0,5 TeV más que el nivel de la energía en el cual el aparato funcionaba en
los años 2010 y 2011.
“Después
de que iniciamos los experimentos en el
GCH en 2010 optamos por el nivel de energía menor y más seguro”, explica
Steve Myers, el jefe del Departamento de Aceleradores y Tecnologías del CERN.
“Dos años exitosos de pruebas durante los cuales hemos realizado muchos experimentos
y mediciones adicionales, nos convencieron de la seguridad del acelerador, por
lo cual decidimos aumentar el nivel de energía antes de hacer una larga pausa
en el funcionamiento del aparato”, añade.
Se
planea que el GCH funcione al nivel actual de energía hasta noviembre de 2012.
Los científicos esperan poder comprobar por medio de experimentos la existencia
de la llamada 'partícula de Dios', o el
bosón de Higgs. Luego se iniciarán unas labores de mantenimiento que
durarán 20 meses. El acelerador de partículas
no volverá a funcionar hasta el año 2014.
A
finales de 2014 los especialistas planean empezar la colisión de partículas al
nivel de energía de 6,5 TeV por haz. Si todas las partes de la máquina
funcionan bien, posteriormente los científicos elevarán el nivel de energía
hasta 7 TeV por haz, alcanzando así la magnitud proyectada.
El
bosón de Higgs es una partícula elemental hipotética masiva cuya existencia se
establece en el Modelo
Estándar de la física de partículas y explicaría el origen de la
masa de otras partículas elementales. El Modelo es una teoría compleja que establece
una serie de ecuaciones matemáticas que predicen la existencia de un gran
número de partículas subatómicas con distintas características y las
interacciones entre ellas: analizando las ecuaciones puede concluirse qué
partículas existen y cuáles no, y cómo son las que existen.
Sin
embargo, la teoría no predice la masa exacta de esta partícula clave para
conocer la estructura del universo. Su búsqueda o la comprobación de su
inexistencia es una de las tareas principales de los experimentos en el GCH.
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