Últimamente la India se está convirtiendo en una particular meca para las familias de Occidente que buscan las denominadas 'madres de alquiler'. La situación podría ser totalmente idílica si no fuera por la extrema pobreza que empuja a las mujeres locales a arrendar su vientre para ganarse la vida.
La externalización de servicios es uno de los negocios más pujantes en la India, es una parte importante de la relación económica entre ese país y Occidente. Ahora, a los cientos de centros de atención telefónica y empresas de contabilidad, se ha sumado un nuevo servicio.
Eric y Susan Freudenthal, viajaron a la India desde Texas, Estados Unidos, hace algunas semanas. El motivo de su travesía no era ver elefantes ni comprar baratijas en los mercados... ellos vinieron a ver por primera vez a Peter, su niño recién nacido. "Es el embarazo más fácil que he tenido", contó Susan Freudenthal.
Eso está claro, porque a pesar de que el pequeño Peter es genéticamente su bebé, ella nunca sintió las contracciones previas al parto, y tampoco lo llevó en su vientre. Todo ese trabajo lo hizo una madre de alquiler india, una mujer a la que jamás conocieron.
"Hace diez años decidimos intentar tener un hijo, pero no por la vía natural. Casi habíamos perdido la esperanza, y también un montón de dinero... ahí nos dimos cuenta de que hacerlo a través de un vientre de alquiler en la India era una idea razonable", dijo Eric Freudenthal.
Navegando por Internet, Eric y Susan encontraron una clínica de fertilidad de Nueva Delhi a la que debieron pagar 25 000 dólares estadounidenses por todo el servicio. Mientras, la madre sustituta recibe desde 6000 a 8000 dólares. Una cifra difícil de rechazar, sobre todo cuando muchas de estas mujeres son pobres y carecen de formación.
"Aquí 6000 dólares es un montón de dinero, es mucho más de lo que puedes ganar en todo un año", dijo Neelam Chouhan, madre de alquiler.
Pero según los críticos de este fenómeno, es precisamente esa desesperación la que hace a estas mujeres vulnerables.
"Estas mujeres son pobres y están dispuestas... tienen el desafío de sobrevivir... para lograrlo tiene que vender su útero, y aquí hay gente que ya está explotando esa situación", precisó la doctora Ranjana Kumari.
Después de que su marido la abandonara, Neelam se encontró sola, sin dinero y con la responsabilidad de hacerse cargo de sus hijos y su progenitora. Entonces convertirse en madre de alquiler le pareció la mejor alternativa. "Finalmente ellos tienen lo que quieren y yo obtengo el dinero que tanto necesito".
Para cientos de parejas como Eric y Susan el asunto no se puede analizar en blanco y negro. Ellos están felices y agradecidos. La madre sustituta india les dio la oportunidad de completar su familia.
"Ella en ningún caso pareció molesta con lo que hacía. Es más, parecía como si hubiera hecho algo bueno, y en lo que a mí respecta evidentemente lo hizo", contó Eric Freudenthal.
Desde que comenzó la recesión económica en Occidente la demanda por este tipo de prestación se ha cuadruplicado. Sobre todo por parte de parejas extranjeras, algo que resulta evidente al conocer que contratar una madre de alquiler en la India cuesta solo el 25 % de lo que costariá en Estados Unidos.
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