Científicos alertan que en
cualquier momento, Lima será remecida por un terremoto que
podría sobrepasar los 8 grados. Un estudio sobre posibles
consecuencias, arrojó un resultado catastrófico.
Un informe del Instituto Nacional
de Defensa Civil (Indeci) revela cifras muy alarmantes sobre las secuelas de un
terremoto de masa de 8,5 grados. El estudio revela que más de 200 mil
viviendas colapsarían y que más de 300 mil quedarían inhabitables por los
serios daños que se producirían en sus estructuras.
Esto quiere decir que poco más de
dos millones de limeños y chalacos se quedarían en la calle. Eso no es todo.
Indeci calcula que este fenómeno natural dejaría 51,019 muertos y 686,105
heridos. ¿Y existe un plan para hacerle frente a esta emergencia? Todo indica
que no.
NO MUESTRAN INTERÉS
Ayer, el Centro Peruano-Japonés
de Investigación Sísmica y Mitigación de Desastres (Cismid) invitó a su sede,
en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), a seis alcaldes de la capital
para entregarles los estudios de vulnerabilidad que esta institución hizo en
dichas jurisdicciones.
Lamentablemente, ninguno de los
burgomaestres asistió ni envió sus excusas. Solo los representantes de tres
comunas –San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador y La Molina– recibieron el documento.
El resto –Chorrillos, Comas y Puente Piedra– brilló por su ausencia. Esta es
una clara muestra de la poca importancia que le dan algunas autoridades locales
al tema, a pesar de que se sabe el daño que podría causar.
SILENCIO QUE PREOCUPA
Hernán Tavera, director de
Sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP), recalcó que hace 265 años no
se presenta un sismo de más de 8 grados de magnitud en Lima.
También enfatizó que este
“silencio sísmico” revela que hay una gran cantidad de energía contenida,
la que podría liberarse en cualquier momento.
“Las posibilidades de que se
produzca un terremoto de 8 a 9 grados son muy grandes. Debemos aprovechar el
tiempo y trabajar en labores de prevención”, subrayó durante el evento
organizado por el Cismid.
CON INDIFERENCIA
Por su parte, el arquitecto Luis
Tagle, representante del Ministerio de Vivienda, lamentó que los gobiernos
locales no hagan nada para mitigar los daños que dejaría un terremoto. “Hace
más de un año que se han entregado estos instrumentos a los alcaldes, y hasta
ahora no elaboran planes de contingencia”, manifestó.
En tanto, el ingeniero Javier
Piqué del Pozo habló sobre la necesidad de contar con un protocolo para saber
qué hacer luego de la emergencia.
También se mostró preocupado por
el estado de los hospitales y colegios, los cuales podrían colapsar tal como
ocurrió hace cinco años tras el terremoto en Pisco.
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