La temperatura ideal del cuerpo es de 37
grados
Nuestro cuerpo debe 'luchar' contra el frío exterior y mantenerse a una temperatura estable para funcionar correctamente. La temperatura ideal de los órganos internos es de 37 grados centígrados.
Si el interior de nuestro cuerpo alcanza los 32 grados sufrimos amnesia. A los 27 grados perdemos el conocimiento. A los 21 nos morimos. Para conseguir mantener la temperatura óptima, invertimos el 75% de la energía que generamos.
Cuando hace mucho frío nuestro cuerpo necesita todo el calor que genera y debe minimizar las pérdidas. Para ello, limita el calor a la zona interna del cuerpo vaso constriñendo. O sea, cerrando un poco los vasos sanguíneos de las extremidades. Así, la sangre no pierde calor al pasar por zonas muy cercanas a la superficie. Por eso, nuestras manos y pies se ponen tan fríos cuando hace frío. Y por eso lo primero que se congela en una situación de frío extremo son las extremidades.
Si a pesar de ello, el frío se 'cuela' hasta interior de nuestro cuerpo y la temperatura disminuye un grado o dos, echamos mano de los métodos de emergencia: los temblores. Son movimientos rápidos de los músculos que generan calor. El castañeteo de los dientes es lo mismo, son temblores localizados en los músculos de la cabeza.
Nuestro cuerpo debe 'luchar' contra el frío exterior y mantenerse a una temperatura estable para funcionar correctamente. La temperatura ideal de los órganos internos es de 37 grados centígrados.
Si el interior de nuestro cuerpo alcanza los 32 grados sufrimos amnesia. A los 27 grados perdemos el conocimiento. A los 21 nos morimos. Para conseguir mantener la temperatura óptima, invertimos el 75% de la energía que generamos.
Cuando hace mucho frío nuestro cuerpo necesita todo el calor que genera y debe minimizar las pérdidas. Para ello, limita el calor a la zona interna del cuerpo vaso constriñendo. O sea, cerrando un poco los vasos sanguíneos de las extremidades. Así, la sangre no pierde calor al pasar por zonas muy cercanas a la superficie. Por eso, nuestras manos y pies se ponen tan fríos cuando hace frío. Y por eso lo primero que se congela en una situación de frío extremo son las extremidades.
Si a pesar de ello, el frío se 'cuela' hasta interior de nuestro cuerpo y la temperatura disminuye un grado o dos, echamos mano de los métodos de emergencia: los temblores. Son movimientos rápidos de los músculos que generan calor. El castañeteo de los dientes es lo mismo, son temblores localizados en los músculos de la cabeza.
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