lunes, 13 de agosto de 2012

20 CONSEJOS MÁS BARATOS DEL MUNDO PARA SER MILLONARIO


Cierre los ojos o, más poético aún, clausure los párpados. Imagine ahora dinero, mucho. Bien, y ahora imagine a la gente que lo tiene… Ya los conoce de nombre. Hablamos de Carlos Slim, Warren Buffet, Bill Gates, es decir, el exclusivísimo club de los archimaxi… millonarios. ¿Sabe cómo hicieron su dinero?.


Bueno, como nadie sabía, los señores Thomas J. Stanley y William D. Danko se tomaron el trabajo de sacarles a regañadientes a los millonarios lo más valioso que tienen para darnos, e incluso lo segundo más valioso: tiempo y consejos. Chán! Por supuesto que siempre se trata de lo mismo ¿De qué? ¡Dinero!

En su libro The Millionare Next Door (El millonario vecino) los autores rescatan las máximas de los que más tienen. Pero no le fueron con el cuento sólo a los del exclusi-club. Además, y por el mismo precio, les consultaron a más de tres millones y medio de familias estadounidenses que tienen más de un millón de dólares en la caja fuerte. Ahí les van las recomendaciones:

1. Lo primero: Hay que gastar menos de lo que se gana para poder ahorrar. Aprender a vivir por debajo de las posibilidades reales.

2. Es más importante lograr la independencia económica que demostrar un nivel de vida alto.

3. Hacer un culto del emprendimiento y de la independencia económica. ¡Ah! y enseñárselo a los hijos.

4. Los autores dicen que es más probable que un emprendedor llegue a tener un mejor patrimonio que un empleado.

5. Hay que hacerse tiempo para detectar oportunidades de negocio. Y entonces sí aplicar todas las energías para generar dinero.

6. Cuando se tiene una buena idea, a no guardársela. Cuéntela y que alguien le diga su opinión. Eso enriquecerá el proyecto.

7. Si tiene un negocio separe lo que es suyo de lo que es del negocio. Esto da mayor objetividad al administrar la empresa.

8. ¿Diversificar? Sí. Si se tiene un negocio, entonces hay que invertir en otros sectores. Las ganancias que arroje uno de ellos permitirán equilibrar pérdidas en el otro.

9. Cuando uno se lanza a un emprendimiento, hay que tener en cuenta de considerar un sueldo fijo mensual para uno en los gastos de operación. Dará equilibrio y seguridad a las finanzas personales

10. Un nivel de vida alto genera alto consumo, cuestión difícil de sostener en el tiempo sin incurrir en altas deudas y poco ahorro.

11. Algo que ya se dijo pero de distinta manera: si se compran muchas cosas para aparentar ser rico, es muy probable que nunca se alcance ese estatus.

12. Parece que hay que ser como los lirios del campo: sencillos, frugales, estables. Esto genera una sensación de seguridad y protección para las personas que comparten el estilo de vida.

13. Uno bueno: a todos nos gustan las historias de los millonarios casi adolescentes, que hicieron el dinero por control remoto desde un garaje. Sin embargo, no hay muchos, son la excepción a la regla. El grueso de las personas logra estabilidad económica y prosperidad después de los 40 años tras varias temporadas de esfuerzo, prueba y error.

14. Para los autores, no dejar que la plata que entra determine el nivel de gasto. Borrar de la cabeza la idea de que, ‘como gano más puedo gastar más‘.

15. Sea previsor. Todos podemos enfermarnos (toquemos madera), o sufrir algún accidente (de nuevo) y otro tipo de imprevistos. Piense en seguros o instrumentos que lo respalden.

16. Proyecte, póngase objetivos de inversión y ahorro. Esto le ayudará a encaminar sus acciones hacia esas metas.

17. Si es de esos que se desespera en el supermercado o el shopping para llevarse todo, trate de desterrar el impulso triste o feliz que rige su compra. Sea objetivo (casi nada) o aprenda a saber qué le pasa.

18. Rehúya a la idea de que, como tiene poco dinero para ahorrar, no vale la pena ahorrar nada. Es más difícil ahorrar cuando uno tiene más. ¡Créales!

19. Hay que trabajar, ahorrar, invertir. Y agreguemos uno más: ¡leer todos los consejos!
¿Y el consejo 20? Bueno, nadie sabe: hay que ser adivino o algo así. Y no está mal… Dele importancia a su intuición. Pero tampoco se la crea: usted no es ningún Warren Buffett.

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