Rusia construirá unas diez nuevas bases en sus aguas del
norte para evitar posibles intentos de reparto del Ártico.
El cambio climático provoca el
descongelamiento de los glaciares y abre nuevas oportunidades para extraer
petróleo en el Ártico. Por ello, los países con acceso al océano del norte
aumentan su presencia militar en la región.
Rusia construirá nuevas bases
navales en sus aguas del Ártico para defender sus intereses económicos en la
región, según anunció el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái
Pátrushev. En total se trata de una decena de bases a lo largo de la costa del
norte de Rusia, ubicadas cerca de los puertos más importantes.
“La Marina es un instrumento de defensa de nuestros intereses económicos también en la región del Ártico, con grandes recursos naturales”, incluidos “depósitos de hidrocarburos”, aseguró en julio el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
“Rusia necesita una fuerza militar capaz de rechazar los intentos de reparto del Ártico por medios militares” si quiere mantener su influencia en la región, según considera el vicepresidente de la Academia para Problemas Geopolíticos, el capitán de navío retirado Konstantín Sívkov.
Cada una de las grandes potencias del Ártico (Rusia, Noruega, Dinamarca, EE.UU. y Canadá) busca fortalecer su presencia en estas gélidas aguas, sobre todo en los últimos años en los que el descongelamiento de los glaciares (como resultado del calentamiento global) ha facilitado la extracción de petróleo en lugares antes poco accesibles.
Así, a principios del presente año Canadá también anunció que construirá una base en la isla ártica de Cornwallis. Ya en 2009 Dinamarca decidió crear un mando militar especial para el Ártico. Por su parte, Estados Unidos realiza maniobras militares conjuntas con Canadá en esta zona.
“La Marina es un instrumento de defensa de nuestros intereses económicos también en la región del Ártico, con grandes recursos naturales”, incluidos “depósitos de hidrocarburos”, aseguró en julio el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
“Rusia necesita una fuerza militar capaz de rechazar los intentos de reparto del Ártico por medios militares” si quiere mantener su influencia en la región, según considera el vicepresidente de la Academia para Problemas Geopolíticos, el capitán de navío retirado Konstantín Sívkov.
Cada una de las grandes potencias del Ártico (Rusia, Noruega, Dinamarca, EE.UU. y Canadá) busca fortalecer su presencia en estas gélidas aguas, sobre todo en los últimos años en los que el descongelamiento de los glaciares (como resultado del calentamiento global) ha facilitado la extracción de petróleo en lugares antes poco accesibles.
Así, a principios del presente año Canadá también anunció que construirá una base en la isla ártica de Cornwallis. Ya en 2009 Dinamarca decidió crear un mando militar especial para el Ártico. Por su parte, Estados Unidos realiza maniobras militares conjuntas con Canadá en esta zona.
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