Desde julio, las devastadoras inundaciones afectaron
a 30 de 36 estados de Nigeria, desplazando a más de 2 millones de personas.
La situación en los campamentos
es seria, hay una grave falta de alimentos y agua potable.
El presidente Goodluck Jonathan
ha prometido liberar fondos adicionales para la adquisición de medicinas y
plantas de semillero de las víctimas, en particular aquellos en estado de
Benue. También hay un alto riesgo de epidemias rompiendo en las zonas
afectadas.
Las inundaciones comenzaron
en el estado de Plateau, en el centro de Nigeria, en julio, se extendió a
través de Borno, Cross River, Ebonyi, Nassarawa, Bauchi, Gombe, Katsina y los
estados de Kebbi en agosto, golpeó Taraba Benue, Nigeria, Kaduna y Kano en
septiembre, antes de afectar a Delta y Bayelsa estados en los meses de
septiembre y octubre. El Benue y ríos Níger convergen en el sur de Nigeria, y
desde allí el Níger fluye hacia el sur hacia el mar.
Según la Agencia
Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA), 431 muertes han sido reportados y
muchos más son considerados desaparecidos. Otros 2,1 millones fueron
desplazadas.
Las inundaciones causaron
daños importantes a los cultivos, el ganado y la infraestructura, la
destrucción de carreteras y puentes. Miles de viviendas, centros de salud y
hospitales, así como docenas de escuelas, iglesias y edificios gubernamentales
han sido destruidos o dañados en el estado de Delta.
Las inundaciones de este año como
la peor en más de 40 años. La temporada de lluvias no ha terminado todavía y
más inundaciones se esperan.
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