La costa Este de Estados Unidos se prepara ante la
inminencia de un frente frío que podría venir acompañado de fuertes lluvias y
nieve, y golpear al país devastado por el paso del huracán
Sandy.
Se anticipa que Nueva
York podría resentir ráfagas
de viento de hasta 60 kilómetros por hora y lluvias torrenciales que podrían afectar
los trabajos de limpieza en túneles viales y dentro del sistema de transporte
subterráneo.
Los meteorólogos sostienen que no se trata de una
tormenta de las dimensiones de Sandy,
pero se podría agravar la situación de los residentes de la zona, que siguen
padeciendo la falta de electricidad, gas y petróleo.
Consideran asimismo que si bien la nueva tormenta, que no
es tropical sino producto de un fenómeno climático que viene del sureste y se
combina con aire frío de los Grandes Lagos, no es motivo de alarma, estarán
monitoreando su trayectoria durante los próximos días.
Sandy “Fue una tormenta devastadora, quizá la peor
que hemos vivido nunca”, dijo el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg.
El número de muertos en Estados Unidos a causa del huracán Sandy ascendió ayer a 88.
“Fue una tormenta devastadora, quizá la peor que hemos
vivido nunca”, dijo el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg. “Horrible”,
describió el senador Charles Schumer la situación tras un vuelo de
reconocimiento sobre la ciudad. Muchas zonas parecen Londres o Dresde después
de los ataques de la Segunda Guerra Mundial. “Nunca había visto antes así a
Nueva York”, contó el gobernador Andrew Cuomo.
Tras el paso
del huracán Sandy todavía hay millones de personas sin
suministro eléctrico en
Estados Unidos. Dos tercios de los habitantes afectados por el corte de energía
viven en Nueva York y Nueva Jersey.
Los daños ocasionados por el huracán podrían alcanzar los 50.000 millones
de dólares, según estimó la consultora de riesgos Eqecat en Oakland. De acuerdo
con estos datos, se desprende que Sandy golpeó a Estados Unidos mucho más
fuerte de lo que se esperaba.
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