Investigadores rusos dieron un paso importante para
aclarar el secreto de los platillos volantes y crear un entorno de plasma que
permita aumentar varias veces la velocidad de aviones supersónicos.
Esclarecieron la naturaleza y el mecanismo de influencia
de las llamadas "ondas de choque en un medio no equilibrado", aquel
que se forma alrededor del ala de un aparato aéreo.
"El control de estas ondas con la ayuda del campo
magnético posibilita el control del avión en sí aunque para ello habrá que
generar un flujo de plasma con las propiedades necesarias y en el lugar
necesario", declaró a la emisora Mayak el científico Rinat Galímov, quien
mereció una medalla de la Academia de Ciencias de Rusia por ese estudio.
Galímov y sus colegas se dedican al estudio de este
fenómeno en la ciudad de Samara, donde se encuentra una filial del Instituto de
Física "Lébedev".
La asombrosa maniobrabilidad que las obras de ciencia
ficción atribuyen a los "platillos volantes" llegados de otros
planetas se consigue precisamente gracias al control de tales ondas, según
algunas hipótesis.
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