El envejecimiento del cerebro se ralentiza ante la
ausencia del ADN polimerasa μ, conocido como gen Polμ, según revela una
investigación en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC) y que publica la revista PLoS ONE. Los resultados sugieren
la capacidad de aprender y recordar a edades avanzadas en ratones está relacionado
con la actividad de este gen y la reparación celular.
De acuerdo con la investigación, los ratones carentes del
gen Polμ presentan un aumento de su vida media y mejores condiciones
fisiológicas y metabólicas que los ratones control.
Además, los ratones
deficientes en Polμ muestran una mayor capacidad de aprendizaje asociativo a
edades avanzadas, así como una mayor potenciación de los circuitos neuronales
corticales, un mecanismo al que se le atribuye ser el sustrato nervioso de la
capacidad de aprender y recordar.
Pero ¿a qué se debe? Los estudios electrofisiológicos
apoyados en análisis bioquímicos y moleculares llevados a cabo durante la
investigación indican que los animales deficientes en este gen presentan un
nivel significativamente reducido de dicha actividad reparadora (la cual es
propensa a la introducción de errores) y de daños de tipo oxidativo del ADN.
Además, su actividad mitocondrial es más eficiente.
Alfonso Fairén, investigador del Instituto de
Neurociencias (centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández) que ha
participado en el trabajo, explica que el envejecimiento del organismo
"está determinado por cambios fisiológicos deletéreos, universales,
progresivos y fundamentalmente irreversibles, que están asociados a un daño
acumulativo en todo tipo de moléculas, células, tejidos y órganos". Este
aumento paulatino en nivel de daño incrementa la probabilidad de desarrollar
patologías.
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