A lo largo de las cinco eras en las que se divide su
existencia la Tierra ha sufrido numerosas glaciaciones, un fenómeno desconocido
para el ser humano actual pero que durante cientos de miles de años cubrió con
una gruesa capa de hielo buena parte del globo.
El hombre moderno vivió su propia ‘miniglaciación’ entre el siglo XVI y XIX. Según ha podido comprobarse la temperatura media del hemisferio norte sufrió un descenso de un grado. Nada comparado a lo ocurrido en el Pleistoceno. Pero ¿puede ocurrir una nueva glaciación? La respuesta de los expertos, ateniéndose a los procesos cíclicos acontecidos a lo largo de la vida de la Tierra, es afirmativa. La cuestión es saber cuándo sucederá.
Se han formulado numerosas teorías para intentar
comprender estos súbitos cambios climáticos que en los casos más extremos
produjeron un descenso de 15 grados en la temperatura media del planeta. Entre
las posibles causas se ha recurrido a los cambios de la órbita del planeta
alrededor del Sol o la disminución periódica de la actividad de este, que
provocaría que irradie menos calor hacia la Tierra. El movimiento de los continentes
es otra de las explicaciones que se barajan debido al bloqueo que las masas de
tierra habrían ejercido sobre la circulación de las corrientes de agua caliente
que viajan desde el Ecuador a los polos y los calientan. También se ha
formulado la hipótesis de que una intensa actividad volcánica cubriera con una
densa nube de cenizas la atmósfera, lo que habría impedido que los rayos
solares penetrasen hasta la superficie terrestre. Incluso se ha barajado que
alguna glaciación se haya debido al impacto de un meteorito.
Sean cuales sean las causas de estos cambios climáticos
(tanto el enfriamiento como el sucesivo calentamiento) lo que sí está
demostrado es el impacto que tuvieron sobre la vida en la Tierra. Aparecieron
nuevas especies, las que fueron capaces evolucionaron para adaptarse a las
nuevas condiciones o emigraron, y muchas, simplemente, desaparecieron.
A lo largo del Cuaternario, cuyo inicio se data hace 2,5
millones de años, se produjeron cuatro grandes glaciaciones, todas ellas
durante la primera de sus dos etapas, conocida como Pleistoceno. A ellas
tuvieron que sobrevivir primero los homínidos y, después, los Homo Sapiens. La
última se denomina Würm y fue la más dura al prolongarse casi 100.000 años. No
llegó a su fin hasta hace aproximadamente 12.000 años, momento en el que se
inicia la etapa presente del Cuaternario, conocida como Holoceno. Würm modeló
el paisaje actual de la tierra así como la mayor parte de su fauna y flora.
Diversos estudios le achacan, por ejemplo, la desaparición de los neandertales.
A sus últimos ‘coletazos’ se asocia también la aparición de la agricultura ya
que, se argumenta, la dureza del clima obligó a las poblaciones hasta entonces
nómadas a buscar nuevas fuentes de subsistencia, entre ellas el cultivo del
cereal.
La Pequeña Edad de Hielo
El hombre moderno vivió su propia ‘miniglaciación’ entre el siglo XVI y XIX. Según ha podido comprobarse la temperatura media del hemisferio norte sufrió un descenso de un grado. Nada comparado a lo ocurrido en el Pleistoceno. Pero ¿puede ocurrir una nueva glaciación? La respuesta de los expertos, ateniéndose a los procesos cíclicos acontecidos a lo largo de la vida de la Tierra, es afirmativa. La cuestión es saber cuándo sucederá.
Científicos de la Academia de Ciencias de Rusia aseguran
que el fenómeno de enfriamiento ya ha se ha iniciado y se sentirá con toda su
intensidad en 2055. La temperatura, afirman, comenzará a bajar bruscamente a
partir de 2014. Esta teoría no ha sido respaldada por el resto de la comunidad
científica, que en su mayoría apuesta porque la Tierra no experimentará una
nueva glaciación hasta dentro de 10.000 o 15.000 años. Y para entonces el ser
humano ya debería conocer la fórmula para contrarrestar sus efectos, apuntan
los expertos. De hecho, hoy día no es el enfriamiento del planeta lo que
preocupa a los investigadores, sino su calentamiento a causa de la
contaminación. Un fenómeno, este sí, que cada día corroboran los termómetros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario