Científicos de la Universidad de Michigan han encontrado
numerosos rastros de agua en rocas de la corteza lunar recogidas por los
astronautas de las misiones 15,16 y 17 en lo que se conoce como las tierras
altas de nuestro satélite, las colinas lunares. Los científicos creen que estas
zonas representan la corteza original y cristalizada de un océano de magma que
la Luna poseía en sus comienzos, por lo que deducen que el agua ya estaba allí
entonces.
Estos resultados, que aparecen publicados en la revista
Nature Geoscience, parecen contradecir la teoría predominante de la formación
lunar a partir de los desechos generados durante un colosal impacto entre la
Tierra y otro cuerpo planetario del tamaño de Marte.
«Debido a que estas son algunas de las rocas más antiguas
de la Luna, se infiere que el agua estaba allí cuando se formó», afirma Youxue
Zhang, responsable de la investigación. A su juicio, con la teoría popular de
la formación de la Luna es difícil de explicar la existencia de agua en su
corteza. Si se hubiera producido el choque entre la Tierra y el objeto celeste,
del que posteriormente surgiría la Luna, «el material expulsado caliente
debería haber sido desgasificado casi por completo, lo que elimina toda el
agua», dijo Zhang.
En los últimos cinco años, las observaciones de naves
espaciales y mediciones de laboratorio de nuevas muestras lunares de las
misiones Apolo han anulado la antigua creencia de que la Luna está
completamente seca.
En 2008, la medición en laboratorio de esas rocas
encontraba pistas químicas relacionadas con el agua. Un año después, la sonda
de la NASA de Observación de Cráteres Lunares (LCROSS), se estrellaba contra un
cráter permanentemente en sombra lunar y provocaba la expulsión de una nube de
material sorprendentemente rico en agua helada. También se han detectado
hidroxilos en otras rocas volcánicas y en el regolito lunar, la capa de polvo y
de fragmentos de roca que cubre su superficie.
En el último trabajo, los investigadores han utilizado
espectroscopia infrarroja para analizar el contenido de agua en los granos de
plagioclasa feldespato de anortositas lunares, rocas altas compuestas de
plagioclasa en más de 90 por ciento y que se cree se formaron en la historia
temprana de la Luna. Los científicos detectaron alrededor de 6 partes por
millón de agua en las rocas.
«El descubrimiento sorpresa de este trabajo es que en las
rocas lunares, incluso en aquellas formadas por minerales libres de agua, como
las plagioclasas, se ha podido detectar la presencia de agua», explica el
equipo. Esa agua no es líquida, sino grupos de hidroxilos distribuidos dentro
de la venta del mineral.
El hallazgo demuestra que el interior de la Luna contiene
agua de forma significativa desde sus comienzos, antes de que la costra se
solidificara, y puede haber jugado un papel clave en el desarrollo de basaltos
lunares.
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