El virus de la gripe aviaria H7N9 ha infectado a 61
personas en China, 14 de las cuales han muerto, según un nuevo balance hecho
público este lunes por el departamento de salud de la provincia de Jiangsu
(este del país).
La agencia China Nueva informó el domingo de que este
virus se había propagado a la provincia de Henan (centro de China), después de
que la víspera se registrara el primer caso humano en Pekín.
Hasta el sábado, la presencia en el ser humano del virus
H7N9 seguía oficialmente circunscrita a tres provincias del este del país
(Zhejiang, Jiangsu y Anhui) y a la municipalidad de Shanghai, la gran
metrópolis del este.
La industria de aves de corral en China ha perdido más de
10.000 millones de yuanes (1.240 millones de euros) desde que fue anunciado el
primer caso de infección en el ser humano, según el diario Global Times, que
pidió a los consumidores no ceder al pánico.
"El público debería contener su miedo para evitar un
desastre en la industria de aves de corral", dice un editorial del
periódico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró esta
semana que no había "ninguna indicación" de que exista una
transmisión de un ser humano a otro de ese virus.
Antes de que aparecieran los primeros casos en China, la
cepa H7N9 de la gripe aviaria no se había transmitido al ser humano. Al igual
que sucede con la cepa H5N1, la más común, los científicos temen que una
mutación viral permita contaminaciones de un ser humano a otro, lo que podría
desencadenar una pandemia.
Las megalópolis de Pekín y Shaghai, que tienen cada una
más de 20 millones de habitantes, han tomado medidas para intentar delimitar la
cepa infecciosa.
Después de ordenar el cierre de los mercados de aves de
corral, las autoridades prohibieron la venta de pájaros y las carreras de
palomas mensajeras, un pasatiempo popular en China.
Shanghai y otras ciudades procedieron a los sacrificios
de decenas de miles de aves, una medida que ha golpeado duramente al sector.
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