Dos proyectos de investigación que difundieron
información a principios de marzo ofrecen nueva evidencia de que la temperatura
de la Tierra es superior a lo que solía ser. Un grupo utilizó datos satelitales
para hacer un seguimiento de la proliferación de vegetación en latitudes más
altas, donde, debido a las bajas temperaturas, dicho crecimiento nunca había
ocurrido. Otro grupo examinó muestras de hielo y sedimentos recolectados en
distintos lugares del mundo para calcular un historial ininterrumpido de
temperaturas en los últimos 11.300 años.
Al examinar datos satelitales recabados entre 1982 y
2011, un estudio financiado por la NASA descubrió que la vegetación terrestre
que crece a 45 grados de latitud norte en el Océano Ártico se asemeja más a la
que se encontraba a unos 4 a 6 grados más al sur hace 30 años.
“Es como si Winnipeg (Manitoba) se trasladase a
Mineápolis-Saint Paul en tan solo 30 años”, dijo Compton Tucker del Centro
Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt (Maryland), coautor de los
resultados publicados el 10 de marzo en la revista académica Nature Climate
Change.
Las tendencias de calentamiento han ampliado la estación
de crecimiento y, como consecuencia, grandes zonas de “vegetación productiva”
abarcan un tercio del paisaje de la región norte, según informa un comunicado
de prensa de la NASA.
“Las latitudes ubicadas más al norte se están calentando,
el hielo marino del Ártico y la duración de la capa de nieve están
disminuyendo, la estación de crecimiento es cada vez más larga y las plantas
crecen más”, dijo Ranga Myneni del Departamento de Ciencias de la Tierra y
Medio Ambiente de la Universidad de Boston.
En más de nueve millones de kilómetros cuadrados —un área
que equivale aproximadamente al territorio que abarca Estados Unidos— la vida
vegetal que cubre el paisaje por encima del paralelo 45 se asemeja al paisaje
que existía en 1982 entre 400 y 700 kilómetros al sur.
Lo que Myneni denomina “efecto invernadero amplificado”
está generando ecosistemas que producen una vegetación que no se parece en nada
a la del pasado. Las mayores concentraciones de gases de efecto invernadero
atrapan el calor de la Tierra e impiden que se libere al espacio, lo que
provoca el calentamiento de la superficie de la Tierra. El calentamiento en el
suelo derrite el hielo polar y la capa de nieve que, a su vez, crea océanos y
paisajes más oscuros, multiplicando aún más el efecto de calentamiento.
Si en el futuro se producen cambios similares a los que
se han producido en los últimos 30 años, el resultado podría ser ecosistemas de
latitudes templadas a mayor altitud. Pero esto no es inevitable. Los incendios
forestales, las plagas o las sequías de verano pueden intervenir para impedir
el crecimiento de la vegetación.
LO QUE MUESTRAN LAS PERFORACIONES EN EL HIELO
Un proyecto de investigación conjunta que implicó
investigar muestras de hielo y sedimentos provenientes de 73 lugares del mundo
permitió a los científicos calcular temperaturas que se remontan más de once
milenios. Los científicos de la Universidad Estatal de Oregón y de la
Universidad de Harvard han descubierto que el planeta del siglo XXI es más
cálido de lo que ha sido durante entre el 70 a 80 por ciento de los últimos
11.300 años.
“Esta investigación demuestra que hemos experimentado
casi el mismo intervalo de cambio en las temperaturas desde el comienzo de la
Revolución Industrial que en los 11.000 años anteriores de la historia de la
Tierra, pero este cambio ocurrió mucho más rápidamente”, dijo Candace Major,
directora de programas de la Fundación Nacional para la Ciencia, la fuente de
financiamiento para el estudio.
La historia que revelan las perforaciones en el hielo y
los sedimentos indica que, en los últimos 5.000 años, la Tierra se enfrió en
promedio unos 7 grados centígrados hasta los últimos 100 años cuando, según la
evidencia, el planeta se calentó la misma cantidad.
Otros investigadores han elaborado pronósticos climáticos
que proyectan que las temperaturas más altas podrían provocar un aumento de
entre 1 y 6 grados para finales de este siglo, debido principalmente a las
mayores emisiones de carbono.
“Lo más preocupante es que el calentamiento será
significativamente superior que en cualquier momento de los últimos 11.300
años”, indicó Peter Clark, un paleontoclimatólogo y coautor de esta investigación.
Los investigadores utilizaron fósiles de las
perforaciones de sedimentos oceánicos y archivos terrestres para reconstruir
este historial de temperaturas de once milenios. Las características químicas y
físicas de los fósiles proporcionan suficiente información a los investigadores
como para calcular las temperaturas correspondientes durante sus vidas.
La lentitud del cambio de temperatura en los primeros
once milenios comparado con el rápido cambio en los últimos 100 años lleva a
los investigadores a la conclusión de que las emisiones de carbono que ingresan
en la atmósfera como consecuencia de las actividades humanas causaron la
tendencia hacia el calentamiento.
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