La organización ambientalista Greenpeace declaró que la construcción de
la central nuclear Angra 3 en Brasil corre el peligro de convertirse en
“una nueva Fukushima”, debido a las deficientes condiciones de
seguridad.
Según el experto brasileño Francisco Correa la central atómica, situada
en Angra dos Reis, en el Estado de Rio de Janeiro, está en el lugar
erróneo, está mal diseñada y cuenta con tecnología obsoleta, factores
que pueden desencadenar una catástrofe nuclear.
"Hay la posibilidad de un accidente atómico por las deficiencias en el
proyecto", comentó Correa al presentar en Berlín su estudio acerca de
los riesgos de esta estructura. Indicó que existe una amenaza para el
medio ambiente y la economía brasileña. "Lo que pasó en Fukushima en
marzo del año pasado debe servir de lección para las autoridades de
Brasil", aseguró el experto.
El especialista comunicó los resultados de su trabajo en Alemania,
porque el Gobierno de este país planea aprobar un aval de 1.300 millones
de euros para garantizar la instalación de la planta la próxima semana.
Aparte del Gobierno alemán, en la construcción de la central participan
los activos financieros del Banco Santander español, el brasileño Banco
nacional de Desenvolvimiento Econômico e Social y un consorcio de
compañías financieras francesas.
El representante de Greenpeace, Tobias Riedl, subrayó que la central
“es un peligro para las personas en Brasil” y añadió que si la canciller
alemana, Angela Merkel, quiere llevar una política atómica creíble,
“debe congelar este acuerdo nuclear con Brasil”.
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