El 8 de marzo
es un día señalado en el calendario para todas las mujeres del planeta. Se
celebra el día internacional de la mujer. Miles son las cuestiones que se
analizan durante este día: igualdad de género, desigualdad profesional,
diferencias salariales? Los datos hablan por sí solos. Las mujeres componen el
50% de la población, controlan el 65% del gasto mundial, pero su situación
profesional dista mucho aún de regirse por los patrones de igualdad con
respecto a la situación laboral de los varones. Según un estudio de Womenalia,
la 1ª Red de Networking Mundial de Mujeres Profesionales, pese a que existe un
avance en la situación de la mujer en el mundo laboral, y que su integración y
presencia es imparable, la realidad es que aún viven, cada día en sus trabajos,
un escenario de desigualdad.
Antes
de comenzar a analizar si las mujeres trabajan igual que los hombres, cobran lo
mismo que ellos o si ascienden a los mismos puestos obteniendo igualdad de
categoría, es necesario conocer el entorno de preparación tanto de hombres como
mujeres para asumir esos puestos de trabajo. El 60% de los universitarios que
cada año se titulan son mujeres. Más del 78% de las mujeres profesionales, que
ocupan un puesto de trabajo, tienen una formación universitaria o superior, y
más del 65% cuenta en su currículo con un Máster realizado. Sin embargo, estos
datos no reflejan la realidad, ya que en la mayoría de las empresas (más
adelante veremos datos más clarificadores) no escalan puestos en las empresas
con la misma ?velocidad? con la que lo puede hacer un hombre. No se alcanzan
los puestos directivos de las empresas, pese a la existencia en toda la Unión
Europea de un compromiso de igualdad en las cuotas de directivas que sean
mujeres en las juntas de las empresas. Sólo el 17% de las mujeres que trabajan
por cuenta ajena alcanzan puestos directos, y eso que la mujer representa ya el
45% el total del empleo. Las brechas, profesionales, salariales y de promoción,
siguen siendo infinitas.
Según
un informe presentado en Bruselas, perteneciente a la Comisión de Justicia de
la Unión Europea, hay una realidad palpable que se manifiesta con gran
importancia en muchos países, actualmente, sólo el 3.2% de las grandes empresas
tienen a una mujer como máxima responsable de dicha firma. La cuota femenina,
de mujeres directivas, se sitúa entonces en el 14%. El objetivo de la UE es
alcanzar el 40% en el año 2020, y según los datos obtenidos, se tardaría
cuarenta años en alcanzar ese porcentaje deseado. Las diferencias entre países
son también sustanciales. Mientras las compañías finlandesas aglutinan un 27%
de mujeres directivas en las cúpulas de las empresas, en Mala sólo hay una
presencia del 3%. España no es una excepción en la Unión europea. Se sitúa
igualmente por debajo de la media comunitaria. Sólo el 11,5% de las grandes
empresas son mujeres en los consejos de grandes empresas.
Una vez que conocemos cual es la realidad de la presencia o no de mujeres en juntas directivas podemos analizar los datos salariales. Según datos de Eurostat, las mujeres europeas perciben una retribución un 17% por debajo de la que, en igualdad de condiciones laborales, está asignada a los hombres. En España la diferencia es ligeramente superior, y la desigualdad alcanza el 17,9%. Sin embargo, estas condiciones de desigualdad pueden llegar al 20% si se llegan a considerar las retribuciones por bajas de maternidad o la contratación a tiempo parcial, en las que la presencia de la mujer es notablemente superior a la de los hombres.
Viviane Reding, la comisionada de justicia de la UE, fue la encargada de presentar dicho informe con los datos sobre igualdad de género en las juntas directivas de las empresas. Durante la misma, señaló que ?hace un año pedí a las compañías que aumentaran voluntariamente la presencia de las mujeres en las juntas directivas, sin embargo, lamento comprobar que, pese a nuestros llamamientos, la autorregulación no ha alcanzado hasta ahora resultados satisfactorios. El objetivo, llegar al 40% en 2020, pero según los datos del informe dentro de ocho años no se alcanzíra esa cuota. Se tardarían unos 40 años más en alcanzarla. Sólo, en los últimos 12 meses, 24 compañías ha firmado ese compromiso de garantica que en 2015 el 30% de su directiva estará compuesto por mujeres y el 40% en 2012.
Muchas
mujeres y niñas se enfrentan cada día a situaciones de desigualdad en
cuestiones de salud, educación y mercado laboral. Con el fin de poner de
manifiesto todas esas diferencias existentes se creó el Índice de Desigualdad
de Género (IDG). Su objetivo, medir las condiciones de las mujeres en todos los
países en materia de salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral.
¿Cómo se mide? El índice analiza los datos obtenidos con el fin de apreciar la
existencia de pérdida de desarrollo humano, causada por la desigualdad social
existente entre los logros conquistados por las mujeres y aquellos cosechados
por los varones. La tasa que se establece varía entre el 0, países cuyo índice
presentaría una igualdad entre hombres y mujeres, y el 1, que supondría una
situación de pero desarrollo de las mujeres en esas dimensiones analizadas.
Actualmente, no existe ningún país en el mundo con desigualdad de género 0, es
decir, perfecto. Todos sufren en cierto modo alguna situación que produce esa
pérdida de desarrollo. La media global es de 0.492 y varía muchísimo en
relación a la calidad de los países. Los Europeos, entre los que se encuentra
España, suponen el 31%, mientas que el mayor porcentaje de pérdida de
desigualdad se produce en el África subsahariana, donde se producen el 61% de
las desigualdades a nivel mundial. Asia tiene un nivel del 60.1% de desigualdad
social mientras que los Estados Árabes sufren un 56.3% de pérdidas de calidad
de vida en cuestiones de desigualdad d género. Los países mejor situados dentro
de ese porcentaje son Suecia, con sólo un 4,9% de desigualdades, y Yemen, con
el 76.9% de las desigualdades de género.
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