Unos 13 meses y 5.500 kilómetros después, una pelota de fútbol que fue arrastrada por el tsunami de Japón llegó a una isla inhabitada del Golfo de Alaska y su dueño ya la reclama.
El sorprendente hallazgo ocurrió la semana pasada, cuando David y Yumi Baxter paseaban por la playa de la isla Middleton y encontraron el balón con varios mensajes en japonés aún legibles. La pareja reportó su descubrimiento a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
El sorprendente hallazgo ocurrió la semana pasada, cuando David y Yumi Baxter paseaban por la playa de la isla Middleton y encontraron el balón con varios mensajes en japonés aún legibles. La pareja reportó su descubrimiento a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Poco después apareció el propietario: El adolescente japonés Misaki
Murakami, de 16 años, al ver las imágenes del balón en los medios de
comunicación lo reclamó como suyo. Murakami, residente de Rikuzentakata,
una de las ciudades más afectadas por el tsunami del 11 de marzo del
2011, explicó que la pelota fue un regalo de despedida que le dieron sus
compañeros de clase en el 2005, cuando se cambió de colegio. El
esférico tenía escrito "¡Ánimo, Misaki Murakami!" y las firmas de sus
amigos. "No tengo ninguna duda de que es mía", comentó el joven al
diario The Japan Times.
"Para ser honesto estoy sorprendido. Quiero agradecer a la persona que
la encontró, ya que ninguno de mis objetos de valor sentimental fueron
hallados", detalló Murakami, cuya casa fue arrasada por completo por el
tsunami. Los Baxter, por su parte, dijeron estar contentos de que el
dueño de la pelota esté a salvo y aseguraron que le devolverían el balón
tan pronto como sea posible. En una conversación telefónica con el
joven le hablaron de sus planes de viajar a Japón en los próximos meses
para entregarle personalmente su preciado regalo.
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