En un ambiente general de
incertidumbre en el que las supersticiones sobre un inminente fin del mundo
despiertan un interés especial, cualquier pequeño incidente da a los medios de
comunicación un pretexto para crear una noticia sensacionalista. Esta vez esto
sucedió en torno a la historia de un cráneo roto que, según ciertas leyendas
mayas, sería necesario para salvar a nuestro mundo del ‘Apocalipsis’.
Recientemente un
historiador aficionado alemán puede haber provocado la ira de los dioses al
permitir que se rompiera la escultura de una calavera sagrada para los mayas
durante una sesión fotográfica en un laboratorio de la ciudad alemana de
Glauchau. “De repente se estrelló contra el suelo. Un gran pedazo se
desprendió de la barbilla. Es realmente trágico”, cuenta un testigo.
El cráneo que se rompió estaba esculpido en una roca volcánica hace unos mil años y, según la leyenda, contiene en sí un poder mágico que le permitiría salvar a la humanidad del 'Apocalipsis'.
Según su propietario, el objeto sagrado perteneció al jefe de las SS (la organización militar y policial del partido nazi), Heinrich Himmler. Algunos nazis creían en la existencia de 13 cráneos similares que permitirían tener a quien los poseyera el control absoluto del mundo. Según ellos, nueve de los cráneos eran de colores y representan las razas humanas y los cuatro restantes son transparentes como el cristal simbolizando a los tipos diferentes de animales.
El cráneo que se rompió estaba esculpido en una roca volcánica hace unos mil años y, según la leyenda, contiene en sí un poder mágico que le permitiría salvar a la humanidad del 'Apocalipsis'.
Según su propietario, el objeto sagrado perteneció al jefe de las SS (la organización militar y policial del partido nazi), Heinrich Himmler. Algunos nazis creían en la existencia de 13 cráneos similares que permitirían tener a quien los poseyera el control absoluto del mundo. Según ellos, nueve de los cráneos eran de colores y representan las razas humanas y los cuatro restantes son transparentes como el cristal simbolizando a los tipos diferentes de animales.
El viaje
realizado por la reliquia rota es, si se considera cierta la historia que
cuenta al respecto su dueño, el historiador aficionado alemán Thomas Ritter,
una verdadera odisea. Al parecer, fue robada por los nazis en el Tíbet, donde
se encontraba entre 1937 y 1939 (aunque no se explica cómo llegó a parar allí).
El actual propietario, a su vez, lo recibió de la familia de un soldado
británico que estaba presente durante el arresto de Himmler en 1945.
No obstante,
según el hallazgo más reciente de los arqueólogos estadounidenses,
el fin de mundo no nos amenaza en un futuro próximo. Se descubrió un calendario
maya que es mucho más antiguo que todos los conocidos previamente. Data del
siglo IX y, a diferencia de otros documentos similares, no contiene indicios de
la proximidad del fin del mundo, que, según otras supersticiones, llegaría el
21 de diciembre de este año.
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