Un nuevo estudio, publicado en el Journal of Clinical
Endrocrijology and Metabolism, muestra que mantener la famosa dieta
mediterránea, enriquecida con aceite de oliva, durante dos años, está asociado
con un incremento de las concentraciones de la osteocalcina en forma de suero,
que tiene un efecto protector sobre los huesos.
Según se va alcanzando la vejez, la pérdida de masa ósea,
y la disminución de la fuerza de los huesos, pueden provocar osteoporosis y
riesgo de facturas en hombres y mujeres.
Diversos estudios habían mostrado que
la incidencia de la osteoporosis en Eruropa es significativamente menor en los
países del área mediterránea. Nuestra dieta tradicional, rica en frutas y
verduras y con elevado consumo de aceite de oliva podría ser determinante en
esta diferencia, pero hasta ahora no se conocía de qué forma estaba esto
relacionado.
“La ingesta de aceite de oliva se ha asociado con la
prevención de la osteoporosis en modelos experimental e in vitro”, explica José
Manuel Fernández-Real, doctor del Hospital Dr.Josep Trueta de Girona, y autor
principal del estudio. “Este es el primer ensayo aleatorizado que demuestra que
el aceite de oliva influye en la conservación de los huesos, al menos en lo que
se refiere a los marcadores óseos del sistema circulatorio”.
Una dieta especialmente recomendada para
ancianos
Los investigadores siguieron la evolución de un grupo de
ancianos, que no habían sufrido ningún percance cardiovascular pero sí sufrían
de diabetes tipo dos o presentaban, al menos, tres factores de riesgo cardiaco,
como hipertensión, dislipidemia, o un historial familiar con fallos cardiovasculares
prematuros. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a tres grupos. El
primero recibió una dieta mediterránea con frutos secos. El segundo tomó la
misma dieta mediterránea, pero acompañada de aceite de oliva. Los ancianos
asignados al último grupo fueron sometidos a una dieta baja en grasas, pero no
típicamente mediterránea.
Los científicos siguieron la evolución de los ancianos
durante dos años, en los que midieron
los niveles de osteocalcina, glucosa,
colesterol y triglicéridos. Sólo los ancianos que habían tomado la dieta
mediterránea con aceite de oliva experimentaron un aumento significativo de las
concentraciones totales de osteocalcina y otros indicativos sanguíneos de la
formación ósea. Además, los participantes a los que se asignó esta dieta
mantuvieron intactos sus niveles de calcio, que sin embargo disminuyeron de
forma significativa en los otros dos grupos.
“Es importante destacar también que la osteocalcina
circulante estaba asociada con la secreción de insulina de los sujetos que
consumieron aceite de oliva”, añade Fernández-Real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario