Después de registrarse cinco ataques mortales de tiburones
blancos en el último año, las autoridades australianas han levantado la veda de
caza de este gran depredador del océano que supone una amenaza para los
bañistas en la costa occidental del país.
"Siempre pondremos las vidas y la seguridad de los
bañistas por delante del tiburón", señaló el ministro principal del estado
de Australia Occidental, Colin Barnett. "Se trata, después de todo, de un
pez, mantengamos la perspectiva", agregó.
La iniciativa permitirá a las autoridades perseguir y
matar a un tiburón si se lo detecta cerca de bañistas. Hasta ahora solo se
podía cazar tiburones si habían atacado a un bañista. Asimismo, el Gobierno
estatal comprará más esquíes acuáticos para los socorristas y financiará más
patrullas provistas de helicóptero en las playas.
En las aguas de Australia habitan más de cien especies de
tiburón, en su mayoría no agresivos. El tiburón blanco, tigre y toro son
considerados como los más peligrosos, aunque suelen vivir en aguas alejadas de
las playas concurridas.
El primer ataque mortal de un gran tiburón blanco
conocido en el país se remonta a 1791 y desde entonces se han registrado 689
casos, de los que 200 resultaron mortales, según datos de la Sociedad de
Conservación de Australia.
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