¿Alguna vez has despertado por haber experimentado la
sensación de que caes? O típico tienes la sensación de haber despertado y te
ves realizando un montón de actividades para luego darte cuenta que sigues
acostado y nos has hecho nada. O ese aterrador momento donde sientes que no
puedes moverte, no puedes respirar bien y que por cierto muchos relacionan con
que se "les subió el muerto".
Pues bien estas son características propias de algunos
estados mentales que podemos atravesar durante las etapas del sueño, que si
bien no son sueños guardan una relación directa con estos y pueden llegar a
confundirnos. ¿Cuáles son?
- Alucinación hipnogógica: Se producen cuando uno está a
punto de dormirse. A menudo aterradora pues el cuerpo se paraliza y sólo
funcionan los músculos de los ojos, corazón, el cerebro y la respiración. En
ese estado es común creer que se está despierto, hasta tal punto que se tiene
seguridad de tener los ojos abiertos y de ver y escuchar cosas alrededor. La
característica de este estado es que el cuerpo no puede moverse, está
inmovilizado. Si el sujeto quiere moverse no podrá hacerlo. Hay incluso
ocasiones en que la persona que está durmiendo en ese estado se despierta, y la
inmovilidad permanece. El sentimiento más común que la gente experimenta es la
sensación de caer , pero también se siente que hay alguien o algo en la
habitación, llegando al punto de creer ver sombras, arañas, ratas, y varios
otros intrusos en la habitación.
- Alucinación hipnopómpica: Difieren de las hipnogígicas
en que se presentan cuando las personas están despertando. Son percepciones que
no se corresponden con la realidad objetiva pero son vividas como tales, de
manera que el sujeto no las distingue de una experiencia normal vivida
completamente despierto.
- Terrores nocturnos: se parece a una pesadilla pero es
mucho más espectacular. No es un sueño, sino más probablemente una súbita
reacción de miedo que tiene lugar durante la transición de una fase de sueño a
otra. Los padecen con mayor frecuencia los niños y los adolescentes. La
respiración y el ritmo cardíaco se le pueden acelerar, puede empezar a sudar, a
agitarse y a comportarse como si estuviera sumamente alterado y asustado. A
diferencia de las pesadillas, que se suelen recordar, al día siguiente los
niños no tienen ningún recuerdo del terror nocturno porque estaban dormidos
mientras ocurrió —y no tienen imágenes mentales que evocar.
- Pesadillas: Pueden ser sólo una forma que nuestro
cerebro tiene de hacer frente a las tensiones y temores de la vida cotidiana.
Una o más pesadillas durante un breve período de tiempo pueden ser causadas por
un hecho importante de la vida, como la pérdida de un ser querido, un
acontecimiento traumático, el aumento del estrés en el hogar o el trabajo. A
causa de su propia naturaleza, se tiende a recordar las pesadillas y sus
detalles vívidos. Las pesadillas tienen un impacto más grande sobre la mente al
despertar y sus imágenes pueden permanecer a lo largo del día.
- Sonambulismo: Los individuos desarrollan actividades
motoras automáticas que pueden ser sencillas o complejas. Un sonámbulo puede
salir de la cama, caminar, orinar o incluso salir de su casa, mientras
permanecen inconscientes y sin probabilidad de comunicación. Es difícil
despertarlos aunque, en contra de lo que se cree comúnmente, no resulta
peligroso. Pero no está relacionado con los sueños pues ocurre durante la fase
No-REM.
- Sueños diurnos: O lo que es lo mismo soñar despierto,
la mente escapa a todo control y nos deja en un espacio que incluye la
imaginación pero a la vez sin poderla controlar y sin que sus contenidos nos
debieran de sobrepasar. No se organiza, es divagar donde toda nuestra
estructura mental trabaja para avizorar pronósticos agradables o desagradables,
posibles o imposibles, gratificantes o frustrantes, de corto o largo plazo.
Siempre se refiere a algo para nuestro interés personal.
- Trance y delirio: Se presentan cuando disminuye la
eficacia del sistema nervioso central para procesar los estímulos sensoriales
del entorno y el sujeto sigue al ritmo interno de sus ideas.
Lo cierto es que sea como sea el humano seguirá buscando
una explicación o un significado enigmático de las sensaciones que experimenta
al dormir.
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