Muchos creen que por la mañana no les funciona la cabeza hasta tomar un
café. Sin embargo, científicos ingleses afirman que el efecto
despertador del café es pura ilusión.
Los adictos a esta bebida sí pueden sentirse más ´despejados´ después
de la primera taza, pero este efecto se debe a la compensación de los
niveles de cafeína que se perdieron durante el sueño, comentan
especialistas de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido.
Los investigadores señalan además que un café matutino eleva la
ansiedad y la presión sanguínea, según su informe publciado en el
periódico The Daily Mail.
Los científicos realizaron un experimento con 379 voluntarios: un 50
por ciento de ellos no solían beber café o lo tomaban muy
ocasionalmente, mientras que el otro por ciento estaban acostumbrados a
consumirlo en dosis moderadas o grandes.
Los participantes del experimento se abstuvieron de tomar la bebida
durante 16 horas. Luego, tomaron cafeína y un placebo al azar. Los
científicos les pidieron que determinaran su nivel de ansiedad y de
diligencia e informaran si sufrían dolores de cabeza antes y después de
tomar la cafeína o placebo. Además, tuvieron que hacer una serie de
tareas en la computadora para revelar su nivel de memoria y atención.
Aquellos que solían beber café, pero tomaron placebo, informaron que
empeoró su capacidad de concentración y que les dolía la cabeza.
Los que bebieron café no mostraron estos síntomas. Sin embargo, su
nivel de diligencia no superó al de los que no solían beber café
cotidianamente y tomaron placebo.
Estos resultados permitieron a los científicos concluir que la bebida
como tal no eleva la diligencia sino que simplemente devuelve a los
adictos a su estado habitual, reestableciéndo los niveles de cafeína en la sangre, reducidos durante el sueño.
Los especialistas afirman que estos datos también son aplicables a
aquellos que suelen atribuir la capacidad de poner su cerebro en marcha
por la mañana con un té.
Sin embargo, los cafetaleros afirman que hace falta continuar con los
estudios. El doctor Euan Paul, director ejecutivo de la British Coffee
Association, acentúa que hoy en día hay muchos testimonios de que la
cafeína realmente eleva el nivel de diligencia, ya que causa la
liberación de adrenalina y con eso estimula el sistema nervioso central.
Puntualiza que este efecto es relevante no solamente para aquellos cuyo
nivel de diligencia es tradicionalmente bajo, como por ejemplo los que
suelen trabajar de noche o de madrugada, sino también para las personas
que se caracterizan por un estado de alta diligencia, pues a ellos la
cafeína les proporciona una ´celeridad´ adicional.
Al mismo tiempo, Paul precisa: “El café no afecta la salud si se
consume moderadamente, es decir entre cuatro y cinco tazas por día.
Mujeres embarazadas tienen que tomar en cuenta el consejo de la Food
Standards Agency y limitar la toma general de cafeína a 200 miligramos
por día”.
Una sola taza de café instantáneo contiene entre 60 y 100 miligramos de
cafeína. Una taza de café con leche o expreso aún más: entre 90 y 200
mg. Mientras tanto, una taza de té contiene entre 30 y 100 mg de cafeína
y un trozo de chocolate de 55 gramos de peso puede ofrecer entre 40 y
50 miligramos de cafeína.
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