Japón vuelve a ejecutar a presos a 20 meses de la última pena capital.
Esta vez fueron ahorcados tres sujetos condenados por homicidios
múltiples en las cárceles de Tokio, Hiroshima y Fukuoka.
Los ajusticiados, de 48, 46 y 44 años, fueron condenados a la pena
capital por matar a cinco personas y herir a 10; asesinar a sus suegros y
a un hijo adoptivo; y robar y matar a dos mujeres, respectivamente.
Todos los crímenes fueron cometidos hace más de 10 años.
Un sondeo de opinión organizado en el 2009 reveló que el 86% de los japoneses apoyan la aplicación de la pena de muerte, estadística que fue usada por el ministro de Justicia, Toshio Ogawa, para dar la orden de ejecutar a los asesinos.
Ya que en Japón no ha sido declarada oficialmente una suspensión de las
ejecuciones, los analistas consideran que el largo período sin
aplicarla se acabó con la llegada al poder del Partido Democrático.
Efectivamente, es la segunda vez que se ejecuta la pena capital desde
que el gobierno formado por este partido asumió el poder.
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