Las autoridades guatemaltecas señalan que hay pruebas de una naciente
alianza entre pandillas centroamericanas y los traficantes de droga
mexicanos. Tal unión podría socavar los esfuerzos encabezados por
Estados Unidos para combatir el tráfico y la violencia en la región.
Grabaciones secretas efectuadas en cárceles y un informante confirman
un pacto entre los líderes de la Mara Salvatrucha y los Zetas, un cártel
de drogas mexicano que ya ha extendido su control a las zonas rurales
de Guatemala, buscando el dominio en las rutas del tráfico de drogas
desde América del Sur a Estados Unidos.
Mara Salvatrucha es una organización transnacional de pandillas cuyas
actividades incluyen secuestros, asesinatos, extorciones y venta de
armas. Se originó en los tugurios de Los Ángeles en los años 80 y 90, y
se extendió por América Central a través de las deportaciones de
inmigrantes a sus países de origen.
Según autoridades guatemaltecas, en los últimos meses se vieron los
primeros signos de que los Zetas proporcionan a la Mara adiestramiento
paramilitar y equipos, a cambio de datos de inteligencia y crímenes
destinados para distraer la atención y recursos policiales.
Los Zetas, formado hace más de una década por ex efectivos de fuerzas
especiales mexicanos, ya han mancomunado esfuerzos con cabecillas
narcotraficantes en el campo guatemalteco y reclutado a varios
integrantes de las fuerzas especiales de ese mismo país, según informan
funcionarios en México y Guatemala.
Tal pacto traería a miles de nuevos soldados a las filas de los Zetas y
les proveería de un alcance a las ciudades guatemaltecas, donde la Mara
controla los tugurios.
Campamentos de entrenamiento
Las autoridades guatemaltecas creen que los Zetas han entrenado un
pequeño grupo de integrantes de la Mara, al menos en un campamento en
México. Varios miembros de los Zetas han hablado de haber reclutado a
5.000 personas más, aunque aún está por esclarecer la cantidad.
Eduardo Velasco, jefe del departamento de crimen organizado del
Ministerio del Interior de Guatemala, dijo a la agencia AP que las
autoridades creen que el entrenamiento de los integrantes de la Mara por
los Zetas desemboca en un elevado grado de brutalidad, planificación,
organización y armamento en las actividades de la Mara en Guatemala.
Previamente armados con pistolas en su mayoría, los integrantes de la
Mara, destacados por siniestros tatuajes que a menudo cubren incluso sus
caras, han pasado a portar fusiles de asalto, tales como AR-15, M-16 y
AK-47, así como granadas de fragmentación.
Además, los pandilleros han empezado a cortar los dedos a las personas
secuestradas para presionar a sus familiares para que paguen el rescate,
práctica utilizada por las pandillas mexicanas.
“Como resultado de la unión con los Zetas, Mara Salvatrucha obtuvo más
capacidades de organizar, elaborar estrategias y maniobrar”, concluyó
Velasco.
Los analistas creen que la última aspiración de los Zetas es integrar a
la Mara en su red y convertirse en el grupo más poderoso en Guatemala,
sea de índole criminal o legal.
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