lunes, 30 de abril de 2012

HAARP: LA GUERRA CLIMÁTICA


La guerra climática ha empezado. Las nuevas armas electromagnéticas pueden alterar los ecosistemas, arruinar regiones enteras o bloquear las comunicaciones de un país. Pero en las reuniones sobre cambio climático no se trata, y eso que los desastres “naturales” cada día son más numerosos.
El HAARP es la más poderosa de estas armas. ¿Quién es su dueño? Estados Unidos lleva medio siglo usándolo. También Rusia y China lo tienen: con el HAARP manipulan el clima y evitan ser manipulados por otros.


Su origen se encuentra en los tiempos de la Guerra Fría, cuando el Departamento de Defensa de EE.UU. desarrolla formas de guerra climática que luego probará en Vietnam, bombardeando nubes para prolongar los monzones y bloquear las rutas de suministro enemigo. Era el proyecto Popeye.
En 1977 la ONU prohíbe la modificación climática con efectos generalizados, duraderos o severos. A partir de entonces se convierte en asunto encubierto.
Actualmente EE.UU. desarrolla el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP). Militarmente, se trata de un arma de destrucción masiva. Utiliza antenas de alta potencia para transmitir en alta frecuencia grandes cantidades de energía a la ionosfera. Una de ellas está en Alaska. Opera como un microondas gigante que puede crear agujeros en esta capa de la atmósfera (que nos protege de radiaciones letales) y desestabilizar los sistemas ecológicos mundiales: inundaciones, huracanes, sequías, terremotos. Su capacidad ofensiva y defensiva es evidente.
Oficialmente, el HAARP se presenta como un programa de investigación, pero documentos militares confirman que su principal objetivo es inducir modificaciones en la ionosfera a fin de alterar los modelos climáticos y desestabilizar las comunicaciones y el radar. Puede inutilizar aparatos de radio, equipos instalados sobre naves espaciales y cohetes, provocar accidentes en las redes eléctricas, dañar oleoductos y gasoductos, e incluso ocasionar daños cerebrales en la población.
La pregunta es: ¿Se ha utilizado ya? Y ¿dónde?
En 2005 Estados Unidos sospecha que el Huracán Catrina (dado su extraño comportamiento y trayectoria) no ha sido “natural”, sino enviado por China utilizando esta tecnología. Así que se pone manos a la obra, y desde entonces no ha vuelto a sufrir otros huracanes. Curiosamente, todos alejaban su trayectoria del país. ¿Por qué?: se habían colocado nuevas bases de HAARP para evitarlos. También para crearlos en otras zonas. Tal vez por eso las costas de Cuba sufren uno cada tres o cuatro meses.
Cuando esto sucede, uno de los efectos visibles de esta tecnología es la formación de una especie de aurora boreal en el cielo y unas nubes de curiosa formación en latitudes y momentos que no corresponden a su naturaleza. Este tipo de fenómenos se apreciaron en China antes del terremoto de 2008; en Perú antes del terremoto de 2007; en Haití 2010; en Chile 2010; en Japón 2011.

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