Impulsa incluso a los que acatan el bloqueo a buscar vías
para conseguir esos productos isleños.
Varios inventos que no tienen análogos en el mundo paso a
paso están convirtiendo la industria farmacéutica en una locomotora de la
economía cubana.
Económicamente
ya es el segundo sector, después de la extracción de níquel, que más ganancias proporciona a
las arcas estatales. Pero también el que tiene mejores perspectivas para romper
un día el bloqueo a Cuba, impuesto por Estados Unidos. Al menos así lo creen
los isleños que están orgullosos de trabajar en este sector.
Crear
los medicamentos únicos impulsa
incluso a los países que mantienen el embargo a buscar vías para comprar la
producción isleña. Es una táctica de La Habana, y
una de sus primeras armas en este combate virtual es la vacuna Heperprot P, un
descubrimiento que permite evitar las amputaciones a los diabéticos que padecen
de úlcera de pies.
Este
fármaco, dice el director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología,
Gerardo Guillén, “rompe
el paradigma de que siempre los productos, los nuevos desarrollos se han
obtenido en los países desarrollados, en Europa o EE. UU.”. Antes no existía el
tratamiento para las úlceras avanzadas, por lo tanto es un producto único,
exclusivo, con patente cubano, asegura el científico.
Contra viento y marea
Hoy
en día, en decenas de países, cuya legislación no prohíbe el comercio con Cuba,
esta sustancia es un medicamento de libre acceso. En EE. UU., donde su venta es
imposible por las restricciones, este mal conlleva anualmente operaciones de
amputación a más de 80.000 personas.
Los logros de los científicos isleños son aún más valiosos,
considerando que se alcanzan contra viento y marea: los proveedores de los
equipos técnicos y algunos agentes químicos necesarios para las
investigaciones, tienen que superar las numerosas barreras para
exportar productos a Cuba.
Los
biotecnólogos de la isla ya tienen fijado el siguiente objetivo: encontrar
remedios contra los males que de momento son incurables: el SIDA y el cáncer pulmonar. Teniendo
en cuenta la dedicación de los especialistas cubanos y la gran inversión
recibida, no sería extraño que fuera en la isla, donde se encontrara la
esperada fórmula.
Han
elaborado ya dos
sustancias que pueden combatir tumores malignos: el Vidatox, hecho a base de
veneno de escorpión, y el CimaVax, la primera vacuna terapéutica
contra el cáncer de pulmón. Asimismo, en marzo pasado los
investigadores se colocaron a la vanguardia en la lucha contra el SIDA, tras
empezar la fase de pruebas en seres humanos de un método innovador.
No
obstante, lo
que convierte al sistema de sanidad de Cuba en el mejor en el mundo —un
hecho reconocido por la Organización Mundial de la Salud— no
son solo los avances en el sector farmacéutico, sino también su aplicación en
los centros clínicos del país, de manera inmediata y
gratuita.
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