Agobiado por las protestas sociales, ahora respaldadas por sectores que le llevaron al Gobierno de Bolivia, Evo Morales ha visto debilitada su imagen presidencial, escenario que podría complicar sus aspiraciones de acceder a una segunda reelección.
Según recientes sondeos, la popularidad de Morales se encuentra por debajo del 40% en varias de las ciudades más grandes del país. Una dura situación para el líder que, hace poco más de dos años, lograba su reelección con un histórico respaldo del 64% de los votos.
Según las conclusiones de la encuesta publicada en los medios locales, “la merma” es el resultado de los varios enfrentamientos que desde hace meses, vienen desgastando la gestión de Morales. Incluso, está enfrentado con su base, la población indígena que lo consagró como sindicalista a principios de la década de los 80. Ahora, lo rechaza por la construcción de una carretera en el medio del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Además, otros sectores sociales de Bolivia han convocado para este miércoles una huelga en rechazo a los ajustes salariales propuestos por el Ejecutivo, y en apoyo a los sindicatos médicos que rechazan un decreto que amplía la jornada laboral de los médicos de 6 a 8 horas, y por el que vienen protestando durante más de un mes.
No obstante, las autoridades bolivianas han expresado que las protestas sociales, obedecen a una acción premeditada para desestabilizar al Gobierno.
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