jueves, 14 de junio de 2012

CHILE: LA GUERRA DEL LITIO


El Gobierno ha decidido utilizar el decreto 2.886 de 1979 para, a través de Contratos Especiales de Operación, abrir una licitación directa a empresas transnacionales y nacionales para la explotación de 100 mil toneladas de litio en 20 años.

La decisión impulsada por el subsecretario Wagner (ex alto ejecutivo de la Isapre Banmédica) de licitar yacimientos de litio bajo la forma de “Contratos Especiales de Operación”, vulnera la Constitución, la legislación minera, que define este mineral como estratégico, no concesionable y busca premeditadamente eludir el debate parlamentario para entregar, por vía directa, la explotación del litio integralmente a privados.

El litio es un mineral del futuro, algunos lo llaman el “petróleo blanco”. Chile posee las mayores reservas mundiales y con bajos costos de explotación, ya que se encuentra a más baja profundidad, en los salares. Este es además un recurso estratégico, porque está ligado a la energía y la producción de tritio, uno de los componentes de la fusión nuclear.

Por ello y por el combate que en el mundo se da contra el dióxido de carbono y el exceso de utilización de los combustibles fósiles, la demanda mundial de litio aumenta entre un 7 y un 8% anual y su precio internacional ha pasado de mil 700 dólares la tonelada a 6 mil dólares en pocos años y este precio seguirá incrementándose acorde con la mayor demanda en el mercado mundial.

El actual marco jurídico del litio está dado por la Ley de Minería (año 79), por la Ley de Concesiones Mineras (año 83) y la ley orgánica y reglamentos de la Ley de la Comisión Chilena de Energía Nuclear. Toda nuestra legislación mantiene las reservas de explotación de litio a favor del Estado y el litio no es susceptible de concesión minera, salvo aquellas constituidas con antelación a la publicación de la ley. En virtud de ello, CORFO tiene la concesión de las pertenencias mineras en el Salar de Atacama, donde existen las mayores reservas de litio del mundo, pero CORFO arrienda por un tiempo determinado y montos de explotación preestablecidos, y a solo 40 metros de profundidad, a SCL y SQM —cuya producción es hoy el 43% de la producción de litio a nivel mundial— pero, a la vez, el contrato formulado es tan leonino para el Estado que impide que CORFO arriende a otras empresas o explote directamente el resto de las pertenencias no arrendadas en el Salar de Atacama.

Estamos solo al inicio de la explotación de un mineral con un enorme impacto en el mercado y que puede dar una grandiosa fuente de ingresos a la economía y al Estado chileno.

Bolivia ya ha emprendido la industrialización del litio a través de la Corporación Estatal Minera, adelantándose a lo que debiera hacer Chile con este mineral.

Las reservas en Chile podrían satisfacer la demanda de litio por 120 años.

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