sábado, 23 de junio de 2012

CIBERATAQUES, OTRA FORMA DE ENTRAR EN GUERRA

El siguiente 'Pearl Harbor' podría ser un ataque cibernético que haría colapsar el planeta.


El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, cree que el terrorismo puede provenir no solo de algunos ataques suicidas de los extremistas, sino también de golpes virtuales.

Muchos sospechan que EE. UU. ha optado por la estrategia 'la mejor defensa es un buen ataque'. La Administración de Obama ya confirmó abiertamente haber 'hackeado' las páginas web de los supuestos simpatizantes de Al Qaeda en Yemen. Por su parte la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha dicho que la acción forma parte de la lucha contra el terrorismo.

Recientemente, una información filtrada en el New York Times señalaba indirectamente que Estados Unidos colaboró con Israel para crear Stuxnet, el virus que penetró en el programa nuclear iraní y causó un desplome en las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio.

Las posibilidades de las ciberguerras parecen muy amplias. Stuxnet parece tener un hermano gemelo, un virus muy fuerte llamado Flame que azota el espacio virtual de Oriente Medio.

Flame es el programa de espionaje más complicado que jamás se haya descubierto  y parece haber sido dirigido contra los recursos gubernamentales de Irán, Palestina y Sudán. El código malicioso es capaz de robar o deteriorar documentos electrónicos. El célebre laboratorio de seguridad virtual Kaspersky que descubrió Flame declara que una parte de su código es prácticamente idéntica al código encontrado en Stuxnet.

Presume que los virus fueron desarrollados por dos equipos que colaboraban entre sí. Muchos especialistas apuntan a los peligros que ocultan las guerras cibernéticas. Todo apunta a que conseguir la paz en el espacio virtual no será más fácil que la reconciliación en los conflictos de la vida real.

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