Si seguimos unos pequeños consejos,
podemos disfrutar completamente tanto del sabor, como de las características de
esta planta, y por supuesto, de sus beneficiosas propiedades, que no son pocas,
según el tipo de té del que hablemos.
Cómo preparar té correctamente
Las proporciones de té son orientativas. Normalmente se
utiliza una cucharadita de hojas cada 250 ml de agua, para una taza de
infusión. Dependerá del tipo de planta y de su intensidad, por ello es
conveniente mirar las instrucciones, o preguntar al vendedor en cada caso.
La temperatura depende del tipo de té. Los hay delicados
como el blanco o los verdes chinos, que se hacen a temperatura baja, a no más
de 80º, para mantener el color y la fragancia de las hierbas. Si son más
aromáticos o fermentados, como el oolong, el negro o el té puerh, se hacen con
agua recién hervida.
Los tiempos de infusión varían desde unos segundos hasta
varios minutos, según la finura de los fragmentos de la planta, la temperatura
del agua, y el número de veces que se ha cocido. Lo mejor es experimentar, y
encontrar el punto exacto que nos guste. Si tenemos un sabor flojo, aumentamos
la temperatura del agua o el tiempo de infusión.
A la hora de servirlo, evitaremos las esperas, lo
tomaremos inmediatamente, y cubriremos la tetera con una funda especial para
que la temperatura no baje.
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